Mi voto por un euro

¿Quién da más? Algunos internautas han sacado a subasta su voto para las elecciones del próximo 9 de marzo y, en aras de la transparencia, hay quien promete un vídeo del momento en que acuda a la urna, como prueba gráfica de que ha cumplido con su compromiso. El precio de salida en el portal Ebay es variable. El más bajo es de un euro, pero la puja por este voto alcanza ya los 15,60 euros y tiene un tope de 1.000 euros.

Un elector de Arucas (Canarias) puso a la venta inicialmente su sufragio por un euro. En la ficha de la subasta explica que saca a la venta su voto “a cualquier partido político o ideología, si la tuvieran” debido a que las encuestas pronostican un resultado electoral muy reñido, informó inicialmente Efe. Se muestra “indiferente” si el comprador es una asociación de vecinos o un partido de izquierda, derecha o centro. Y sostiene que pone su voto “en total libertad y conocimiento de lo que significa este hecho”. La puja alcanza ya 1.000 euros.

“Atención partidos políticos gallegos aprovechen la oportunidad. El voto será entregado en Pontevedra”. Con una redacción similar a la del anuncio del elector canario, este votante subasta por un euro su derecho constitucional al sufragio y ofrece pruebas al comprador: “El proceso de voto (desde la elección de la papeleta hasta su introducción en la urna) será grabado en vídeo y entregado al ganador de la subasta para que se asegure de que se ha cumplido el trato. Seriedad. Total confidencialidad y anonimato para el ganador del voto, la subasta es anónima”.

Otro ciudadano del Puerto de Santa María (Cádiz) vende su sufragio a partir de los 2 euros, pero todavía no ha conseguido comprador a pesar de su llamamiento a los partidos de la provincia para que aprovechen la oportunidad. Y desde Mieres un elector se sube a la chepa de los políticos y ofrece su voto por 9,99 euros... Todos ellos exigen que la transferencia bancaria del ganador de sus subastas sea realizada el 8 de marzo, la víspera de las elecciones.

En las ventas de estos votos se ofrece la firma de un contrato con el partido político ganador de cada puja. Más allá de la sorna y de la crítica que suponen estas subastas, la firma de ese documento podría implica un delito.

Estas ventas del voto evoca la etapa del caciquismo, cuando los políticos compraban las papeletas de los electores. Durante la restauración se hizo famosa una anécdota de un político liberal porque compró los votos y hasta ganó dinero. Ocurrió en una elección de Guadalajara. Álvaro de Figueroa, primer Conde de Romanones, acudió allí para comprar los votos y ofreció cambiar las tres pesetas que había pagado su oponente por un duro a todo el que le votara. Antonio Maura, que era su rival, perdió la elección y al pícaro Romanones le costó cada voto dos pesetas.

Ahora el proceso electoral está más pulido. Pero los dos principales candidatos se han embarcado en una puja para demostrar quién ofrece más a los electores a cambio de presidir el Gobierno. Así, José Luis Rodríguez Zapatero ha ofrecido un descuento en el IRPF de 400 euros, mientras que Mariano Rajoy ha propuesto toda una rebaja fiscal. Sin contar la canastilla del candidato del PSOE, que entró en vigor el pasado julio con los 2.500 hijos de cheque para todo los niños que nazcan en España. Y las endodoncias gratis que ofrece el PP para los próximos ocho años.