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Los monólogos de Bono: “No he regresado para ser la viuda de España”
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Los monólogos de Bono: “No he regresado para ser la viuda de España”

El animal político José Bono regresó ayer a Madrid en toda su plenitud. Relajando, irónico e incisivo, el ex ministro hizo las delicias de los asistentes

Foto: Los monólogos de Bono: “No he regresado para ser la viuda de España”
Los monólogos de Bono: “No he regresado para ser la viuda de España”

El animal político José Bono regresó ayer a Madrid en toda su plenitud. Relajando, irónico e incisivo, el ex ministro hizo las delicias de los asistentes a un almuerzo en el Club Siglo XXI. A cada respuesta, una genialidad populista. Regresa a la vida política –“nunca la he abandonado”- para remar como le manda José Luis Rodríguez Zapatero, pero no lo hace “lamentando mi suerte, ni de viuda de España”, sino para lograr el triunfo electoral del PSOE el próximo 9 de marzo.

“He vuelto de remero. Miro al puente, veo al capitán y me fío del rumbo que marca, aunque no lo vea. Y a veces me llama para que me de un poco el aire”, sentenciaba el ex presidente de Castilla La Mancha mientras decía como de pasada que logró seis veces la mayoría absoluta en su comunidad. Son los tipos de medallas de los que alardean los políticos.

Bono defendió el reparto lineal de los 400 euros anuales que propone Zapatero a los trabajadores y pensionistas. La razón: hace tiempo que cayó el muro de Berlín y el PSOE ha abandonado definitivamente “la teoría del odio social o político a quien más tiene” y si se aplicara el reparto de este dinero de forma proporcional a la riqueza, “se crearía más odio social”.

A pesar de tanto ingenio, el ex ministro no se salió ni una línea de lo marcado por la ortodoxia de Zapatero. Bono mostraba su felicidad mientras repartía estoques contra el PP. Lo extraño, argumentó al cuarto estocazo, es que alabara a Mariano Rajoy. Su principal punto de disparo fue la fórmula de designación del candidato del PP: por “el dedo” de José María Aznar, obviando el detalle de que luego fue refrendado por un Congreso Nacional del PP.

Habló de ese “pecado original” de Rajoy y de cómo Esperanza Aguirre y Alberto Ruiz Gallardón lucharon por “matar al padre”. La presidenta de Madrid "dijo que para suceder al padre tenemos que estar los dos en las mismas condiciones y el padre, moribundo, ha dicho que ninguno. Antes de llamar al médico o al sacerdote, han llamado al notario para repartirse la hijuela". Y recordó que en el PSOE nadie sobra, mientras que en el PP expulsan a quien discrepa.

Defendió que el PSOE haya orillado el enfrentamiento con la Iglesia y haya pactado su financiación. En su opinión, su partido "no se quiere topar con la Iglesia, no por miedo a un cardenal, sino por respeto a la Iglesia y a esos millones de cristianos que hay en España" y a la labor solidaria que desarrollan sus integrantes. Es más, negó que fuera incompatible ser cristiano y socialista, ya que de ser así "habría que cerrar la mitad de las iglesias y de las sedes” del PSOE.

Echar a los batasunos de las instituciones, 'con evidencias o sin ellas'

Cuando llegó el turno de ETA o de la ilegalización de los trasuntos de Batasuna, ANV y el PCTV-EHAK, salió un Bono en estado puro. “Hace mucho tiempo que le hubiera gustado mandar a la cárcel" o expulsar de la política a estos partidos, "con evidencias o sin ellas". Pero, como es político, tiene que esperar a lo que diga la Justicia.

“La esperanza de los españoles es que los asesinos no tengan ninguna esperanza", ni quienes les apoyan, defienden o encubren. Echó más leña al fuego al recordar que Zapatero es el único presidente del Gobierno que no ha contado con el apoyo del primer partido de la oposición para negociar con ETA y recordó lo que Aznar dijo cuando la banda terrorista declaró la tregua de 1998: "movimiento vasco de liberación nacional".

Sigue pensando lo mismo que pensaba sobre el Estatuto de Cataluña y, en vistas a su próxima ocupación prevista –presidente del Congreso- denunció es “difícil encontrar otro local" en que se falte más al respeto que en el Parlamento

El animal político José Bono regresó ayer a Madrid en toda su plenitud. Relajando, irónico e incisivo, el ex ministro hizo las delicias de los asistentes a un almuerzo en el Club Siglo XXI. A cada respuesta, una genialidad populista. Regresa a la vida política –“nunca la he abandonado”- para remar como le manda José Luis Rodríguez Zapatero, pero no lo hace “lamentando mi suerte, ni de viuda de España”, sino para lograr el triunfo electoral del PSOE el próximo 9 de marzo.