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División en el PSOE: “El cheque fiscal no es progresivo y está condicionado a ganar las elecciones”
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División en el PSOE: “El cheque fiscal no es progresivo y está condicionado a ganar las elecciones”

“Es obsceno, parece que queremos comprar los votos”. En las filas socialistas hay voces molestas por la pretensión de José Luis Rodríguez Zapatero de aprobar un

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División en el PSOE: “El cheque fiscal no es progresivo y está condicionado a ganar las elecciones”

“Es obsceno, parece que queremos comprar los votos”. En las filas socialistas hay voces molestas por la pretensión de José Luis Rodríguez Zapatero de aprobar un pago de 400 euros anuales a trabajadores y pensionistas si gana las elecciones. Se trata de una medida bien acogida por la mayoría del partido, en especial los dirigentes federales, pero cuestionada con matices por algunos detractores al considerar que rompe la progresividad fiscal.

Las críticas provienen de los socialistas más ortodoxos, los defensores del principio fiscal basado en que quien más gana, más paga. Estas voces apoyan la inyección de dinero en los bolsillos de los españoles, dado el aumento de la inflación y del coste de hipotecas, pero rechazan el reparto de 400 euros lineales entre 13.500.000 personas, sin tener en cuenta sus ingresos ni necesidades. Sin embargo, otros opinan que la medida transmite un mensaje negativo, el de una presunta compra de votos.

“Me gusta la idea de actuar sobre la renta, es valiente”, destaca un dirigente socialista, “pero no ha estado bien anunciarlo en un mitin o condicionarlo a que no se gane las elecciones”. A su juicio, lo correcto hubiera sido que el actual Gobierno aprobara la medida en el próximo Consejo de Ministros, “para demostrar que no es ajeno a la realidad en contra de las acusaciones del PP y, sobre todo, que la medida fuera progresiva”. De esta forma el Ejecutivo de Zapatero hubiera sido muy claro ante la sociedad con el siguiente argumento: “los datos coyunturales no son buenos, el tipo de interés ha subido, al igual que el precio del petróleo, y el Gobierno no va a esperar a las elecciones, diga lo que diga el PP… Total, nos van a criticar igual, hagamos lo que hagamos”.

“No es progresivo y está condicionado a ganar las elecciones”. Otro dirigente socialista regional muestra así sus reticencias al cheque fiscal anunciado por Zapatero. Se queja de que la progresividad ya se rompió el pasado julio con el cheque-bebé, “y cada vez nos estamos alejando más de una política fiscal de izquierdas basada en impuestos más justos y en el fortalecimiento del Estado del Bienestar”. Hay algunos que cuestionan la oportunidad de la medida, o su elevado coste al Estado: 5.400 millones de euros, más de lo que valen las obras del AVE al País Vasco.

El anuncio tampoco ha gustado a algunas fuentes del Gobierno consideradas más de izquierdas, pero, todos a una, en el PSOE cierran filas en torno a su máximo líder. Y, aunque se señale a su ex asesor Miguel Sebastián como el inspirador de la idea, fuentes próximas a Zapatero revelan que todo partió del propio candidato socialista.

Cuando el pasado jueves por la tarde el presidente del Gobierno se dirigió a Pedro Solbes y al equipo económico del PSOE –entre ellos, David Vegara y David Taguas -, Zapatero hizo una petición con dos condiciones: quería que buscaran "una medida fiscal que la gente entendiera y que suponga un beneficio inmediato para las capas bajas y medias”, según fuentes cercanas al presidente. Con un objetivo: “Meter 5.000 euros en los bolsillos de los españoles para mantener el consumo”. El dinero saldría del superávit fiscal, con el argumento de que el año 2007 cerrará con un superávit del 2,3% del PIB, frente al 1,8% presupuestado para el conjunto de las administraciones públicas (20.000 millones de euros).

Zapatero se reunió el sábado por la tarde con Solbes y María Teresa Fernández de la Vega para tratar las ideas recibidas y después filtró su decisión a El País: quería contrarrestar los anuncios económicos que había hecho ese día Mariano Rajoy. Fue tal la precipitación que el equipo de Solbes tuvo que elaborar el domingo dos documentos de forma urgente para explicar la medida.

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“Es obsceno, parece que queremos comprar los votos”. En las filas socialistas hay voces molestas por la pretensión de José Luis Rodríguez Zapatero de aprobar un pago de 400 euros anuales a trabajadores y pensionistas si gana las elecciones. Se trata de una medida bien acogida por la mayoría del partido, en especial los dirigentes federales, pero cuestionada con matices por algunos detractores al considerar que rompe la progresividad fiscal.