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Los jueces vascos tienen miedo de Ibarretxe
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Los jueces vascos tienen miedo de Ibarretxe

Cada vez a peor. Esa es la sensación que crece en importantes sectores de los jueces vascos, después de que las fuerzas del tripartito que gobierna

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Los jueces vascos tienen miedo de Ibarretxe

Cada vez a peor. Esa es la sensación que crece en importantes sectores de los jueces vascos, después de que las fuerzas del tripartito que gobierna Euskadi –PNV, Eusko Alkartasuna y Ezker Batua- reunieran el sábado a 50.000 manifestantes, según las cifras de la Policía Municipal de Bilbao, en protesta por la sentencia del Supremo que condena a Juan María Atutxa, Gorka Knörr y Kontxi Bilbao. La marcha pretendió confrontar a la ciudadanía que se siente indignada por el veredicto contra Atutxa con los miembros de la Judicatura, con la lectura final de un manifiesto en las escalinatas del Ayuntamiento bilbaíno en el que se aseguró que la "independencia, autoorganización y legitimidad" del Parlamento y del resto de las instituciones vascas "han sido saboteadas por la injerencia de un poder ajeno".

En medio de continuos aplausos, los congregados insistieron en que el veredicto busca "la humillación personal" de los condenados por impedir la disolución del grupo de la ilegalizada Batasuna, tal y como había ordenado el propio Supremo; en que la sentencia tiene un claro carácter "corporativista" y "arbitrario"; y que constituye "la antesala" de un proceso de intenciones más amplio cuyo último objetivo, aunque los convocantes no lo explicitaron, sería el definitivo enjuiciamiento y posible sentencia contra el lehendakari por reunirse con la formación abertzale proscrita por la ley.

Un Ibarretxe que no dudó encabezar la movilización, en la que también tomaron parte los ex presidentes del Gobierno vasco Carlos Garaikoetxea y José Antonio Ardanza. Es decir, la artillería pesada del autogobierno vasco, mientras Xabier Arzalluz ha insinuado la necesidad de empezar a dar pasos hacia la soberanía plena de Euskadi. Los jueces creen que el lema de la manifestación, ‘En defensa de nuestras instituciones’ -ya utilizado con motivo del procesamiento de Ibarretxe-, demuestra que el tripartito no sólo no les considera parte del sistema institucional de la comunidad autónoma, sino sus potenciales enemigos.

La defensa realizada por el Consejo del Poder Judicial de la legitimidad de la sentencia del Supremo no ha bastado para tranquilizar a aquellos magistrados de Euskadi que, en privado, se sienten cada vez más inquietos por la deriva del Gobierno de Vitoria y por unos ataques cuya virulencia sólo había sido propia en los últimos años de la izquierda abertzale, que nunca aceptó la presencia en Euskadi de un poder considerado español.

La consulta autodeterminista del lehendakari

Aunque las posiciones no son unánimes y hay miembros de la Magistratura vasca que discrepan tanto de la condena contra Atutxa como de la decisión del Tribunal Superior de procesar a Ibarretxe, un sector muy importante de los jueces que ejercen en la comunidad autónoma ve particularmente grave que sea el propio lehendakari el que se pusiera al frente de la marcha, en un claro gesto de ruptura institucional. La dureza de los pronunciamientos del Gobierno de Vitoria y de sus miembros se produce en plena precampaña electoral, reflejando un frente unido en el que la reivindicación del autogobierno “atacado” por los magistrados se une con la propuesta de Ibarretxe para celebrar una consulta autodeterminista. Pero también coincide con los procesos de ilegalización anunciados contra las marcas electorales de la izquierda abertzale, de los que el nacionalismo gobernante pretende sacar partido aunque siga criticándolos públicamente.

Cada vez a peor. Esa es la sensación que crece en importantes sectores de los jueces vascos, después de que las fuerzas del tripartito que gobierna Euskadi –PNV, Eusko Alkartasuna y Ezker Batua- reunieran el sábado a 50.000 manifestantes, según las cifras de la Policía Municipal de Bilbao, en protesta por la sentencia del Supremo que condena a Juan María Atutxa, Gorka Knörr y Kontxi Bilbao. La marcha pretendió confrontar a la ciudadanía que se siente indignada por el veredicto contra Atutxa con los miembros de la Judicatura, con la lectura final de un manifiesto en las escalinatas del Ayuntamiento bilbaíno en el que se aseguró que la "independencia, autoorganización y legitimidad" del Parlamento y del resto de las instituciones vascas "han sido saboteadas por la injerencia de un poder ajeno".