Una docena de socavones, boquetes y corrimientos de tierra en el delta de un río

Fiel a su línea, la obra del AVE de Barcelona recibió ayer a los barceloneses con un nuevo agujero, esta vez de dos metros cuadrado, que apareció en las cercanías del Centro Cultural de Bellvitge, en Hospitalet de Llobregat. Allí, los alcaldes afectados esperaban la llegada del presidente del Gobierno, quien a esa hora visitaba el gran socavón aparecido el viernes pasado en el andén del tren de Cercanías. En las dos últimas semanas, se han registrado más de una docena de incidentes en forma de aberturas, cuevas y corrimientos de tierra en una obra considerada como la más compleja de Europa dentro de su modalidad.

El terreno donde se construye el túnel del tren del Alta Velocidad a pico y pala es difícil, al tratarse del delta del río Llobregat. Filtraciones de agua y el movimiento de tierra crean o agrandan oquedades que luego provocan estos hundimientos y desplazamientos. En la superficie hay una densa trama urbana dentro de una zona muy poblada, con nudos donde se cruzan las líneas de ferrocarril y de los trenes de Cercanías. La elección del recorrido fue un pacto político entre el Gobierno de José María Aznar con la Generalitat de CiU y la oposición catalana, en especial el PSC.

La visita por sorpresa de ayer domingo de José Luis Rodríguez Zapatero fue gestada el sábado. Y sirvió no sólo para que el presidente del Gobierno asumiese personalmente la responsabilidad política del caos, sino que sirvió para “escenificar el encuentro entre presidente del Gobierno, presidente de la Generalitat y presidente de la Diputación. Se quería plasmar que existe colaboración de todas las administraciones para solucionar los problemas”, señaló a El Confidencial una fuente cercana a Fomento. En la visita estuvo también presente Juan Miguel Villar Mir, presidente de OHL, la empresa adjudicataria de las obras.

La misma fuente se muestra optimista respecto a una solución positiva del caos. El secretario de Estado Víctor Morlán y el presidente de Adif, Antonio González, ya anunciaron el pasado sábado que el ministerio mantendrá el contrato a OHL para que acabe la línea del AVE, pero se ha encargado a dos empresas (Rodio-Terratest y Cabosa) que aseguren ellas las pantallas que sostienen las vías y que son las que afectan a los trenes de Cercanías y a los Ferrocarriles de la Generalitat.

Algunas fuentes aseguran que la ministra de Fomento, Magdalena Álvarez, decidió no rescindir el contrato por las consecuencias económico-sociales que ello podría comportar. OHL sufrió un castigo en su cotización durante esta semana, pero si tal medida se hubiese llevado a cabo, su hundimiento en bolsa podría provocar una crisis de consecuencias imprevisibles.

La oposición es unánime al exigir la dimisión de Álvarez. “Esquerra Republicana fue la primera fuerza política que la pidió, ya en el verano pasado, y ahora ha sido Joan Puigcercós quien la ha vuelto a pedir antes que nadie”, dice el portavoz Joan Ridao. En CiU fue el propio presidente de la federación, Artur Mas, quien ayer pidió el cese de la ministra.

El diputado de CiU Josep Rull señaló a El Confidencial que Zapatero debería haber llegado ayer a Barcelona “con dos puntos en su agenda: primero, asunción de responsabilidades políticas, pero que no se queden en el terreno verbal. Y segundo, con un compromiso explícito de restablecimiento del servicio de Cercanías y con garantías de seguridad. La primera parte la cumplió a medias, pero la segunda, no”.

Falló la vigilancia pública de la obra