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Rodríguez Zapatero margina al ministro del Interior en los contactos con ETA
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Rodríguez Zapatero margina al ministro del Interior en los contactos con ETA

Por sus manos pasan a diario los informes de los expertos antiterroristas de la Policía y la Guardia Civil sobre ETA, pero ni ello ni su

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Rodríguez Zapatero margina al ministro del Interior en los contactos con ETA

Por sus manos pasan a diario los informes de los expertos antiterroristas de la Policía y la Guardia Civil sobre ETA, pero ni ello ni su vieja amistad con el propio José Luis Rodríguez Zapatero le han valido al ministro del Interior para entrar en el reducido grupo de dirigentes socialistas que conocen al detalle el estado actual de los incipientes contactos con la organización terrorista ETA.

Así lo reconoce el propio José Antonio Alonso en sus conversaciones privadas con personas de su confianza. “No sé mucho más de lo que sabe el resto de los ministros”, les ha asegurado con cierto pesar. Un hecho que ha sorprendido a sus interlocutores, como han reconocido éstos a El Confidencial, ya que es la primera vez que un titular de Interior y sus hombres de confianza no participan activamente en un proceso de diálogo con la banda armada (en Argel y en Zurich, los entonces secretarios de Estado de Seguridad, el socialista Rafael Vera y el popular Ricardo Martín Fluxá, fueron hombres claves en las respectivas delegaciones que se sentaron a hablar con los etarras).

En su lugar, Zapatero parece haber apostado por apoyarse en unos pocos hombres del partido, como los dirigentes del PSE -su presidente, Jesús Eguiguren, ha llevado el peso de los oficiosos contactos con Batasuna-, el diputado vasco Ramón Jauregui y el portavoz socialista en el Congreso, Alfredo Pérez Rubalcaba.

Fuentes consultadas señalan que la exclusión de Alonso de este selecto grupo “no es tan extraña si tenemos en cuenta que no es, ni mucho menos, un fervoroso partidario del proceso abierto”. Estas fuentes recuerdan que en todas sus manifestaciones públicas -ayer mismo, tras el atentado de Zaragoza, insistía en que “ETA está viva, operativa y tiene la capacidad de atentar y la ejerce”- apuntan más a una solución policial que a una mesa de diálogo.

No ha sido Alonso el único ministro relegado, muy a su pesar, del sanedrín al que consulta Zapatero sobre este delicado asunto. Así, el titular de Defensa, José Bono, también ha sido marginado por el abierto rechazo que ha manifestado al diálogo con la banda armada (ver El Confidencial del pasado 20 de mayo). Para apoyar sus argumentos, el político castellanomanchego ha utilizado, de hecho, los informes que sobre el estado de ETA prepara periódicamente el Centro Nacional de Inteligencia (CNI) y en los que se dibuja una organización terrorista más débil que nunca y a la que se puede derrotar exclusivamente con la actividad policial.

El hermetismo de ZP

Tanto a Bono como al resto de dirigentes socialistas que le han mostrado abiertamente su desconfianza ante el proceso abierto, Zapatero ha respondido con una enigmática certeza: les ha asegurado que ETA caerá por su propio preso sin apenas contrapartidas. Un optimismo que también trasladó al lehendakari Juan José Ibarretxe en la última reunión que mantuvieron ambos el pasado 7 de septiembre. Pero ni a uno ni a otros les ha facilitado datos objetivos que sustenten su convencimiento de que ETA ya ha tomado la decisión de abandonar definitivamente las armas y de que todo es cuestión de tiempo.

Algunas fuentes consultadas por este diario apuntan a que Zapatero se apoya en un informe de los servicios de información de la Policía realizado gracias a los documentos incautados a Mikel Albizu, Antza -número uno de ETA hasta su detención hace ahora casi un año-, en el que se asegura que los dirigentes etarras ya han marcado los plazos para poner punto final a su violencia y dar paso a la política.

Por sus manos pasan a diario los informes de los expertos antiterroristas de la Policía y la Guardia Civil sobre ETA, pero ni ello ni su vieja amistad con el propio José Luis Rodríguez Zapatero le han valido al ministro del Interior para entrar en el reducido grupo de dirigentes socialistas que conocen al detalle el estado actual de los incipientes contactos con la organización terrorista ETA.