Nuevo escollo en los contactos con ETA: el juez Marlaska ordena a la Policía buscar nuevas pruebas contra Díez Usabiaga

El secretario general del sindicato abertzale LAB, Rafael Díez Usabiaga, considerado como uno los mediadores claves para la puesta en marcha de las negociaciones entre el Gobierno y ETA, aún tiene sobre su cabeza la espada de Damocles de la Justicia, a pesar de que el pasado 12 de septiembre consiguiera salir de la Audiencia Nacional en libertad tras declarar durante más de tres horas.

En los últimos días, el magistrado que le hizo pasar por el alto tribunal, Fernando Grande-Marlaska, no ceja en su empeño por encontrar pruebas que impliquen al sindicalista abertzale con la organización terrorista. Para ello, ha ordenado a los Servicios de Información de la Policía y de la Guardia Civil que miren en sus archivos, entre viejas diligencias, en busca de pruebas que le incriminen. Así lo ha podido confirmar El Confidencial en fuentes próximas a la lucha antiterrorista.

El secretario general de LAB -a quien el propio líder del PSE, Patxi López, calificó de persona “de mucho peso en este país, que tiene mucho que decir en este proceso de paz”- había sido citado a declarar dentro del llamado sumario de las herriko tabernas que abrió en 2002 su colega Baltasar Garzón. En concreto, el juez Grande-Marlaska quería conocer la participación de Díez Usabiaga en la elaboración de las candidaturas de EHAK (siglas en euskera del Partido Comunista de las Tierras Vascas), lista blanca de la izquierda abertzale que consiguió colocar nueve parlamentarios en la Cámara de Vitoria en las elecciones de abril.

La principal prueba en poder del magistrado eran unas conversaciones telefónicas pinchadas por la Policía en las que el sindicalista hablaba con dos personas, cuya identidad no ha quedado determinada, y con Antton Lafont, uno de los promotores de la ilegalizada Aukera Guztiak, sobre la creación de listas blancas y sucias para sortear la ilegalización de la izquierda abertzale.

El dirigente de LAB negó en su declaración en la Audiencia Nacional cualquier participación en dicha operación política y el juez reconocía, en el propio auto en el que justificaba la puesta en libertad de Díez Usabiaga, que dichas grabaciones no eran “suficientemente explícitas”, aunque decidía mantener las imputaciones contra el destacado dirigente abertzale.

Las otras sospechas de juez

De hecho, Marlaska ya había dejado entrever en junio, en el texto del auto de procesamiento dictado contra Arnaldo Otegi por el mismo sumario, que en su poder obraban otros indicios sobre la presunta integración del sindicalista en ETA. En concreto, en dicho auto ya señalaba la supuesta participación de Díez Usabiaga en una reunión en la que se acordó la sustitución de la Koordinadora Abertzale Socialista (KAS), base del MLNV, por Ekin. Incluso apuntaba a que había indicios de que LAB “complementa la acción ejecutada por ETA”.

En esta vía es en la que el juez Grande-Marlaska ha pedido a los expertos antiterrorista de la Policía y la Guardia Civil que rebusquen en sus archivos, según las fuentes consultadas por El Confidencial. De hecho, la Policía cuenta con un amplio informe sobre las “relaciones KAS-ETA”, elaborado en 1995, en el que se destaca que, en 1990, el etarra Juan José Latasa Guetaria aseguró tras ser detenido que había hecho de mensajero en el intercambio de documentos entre Díez Usabiaga y el también miembro de la banda armada, Philippe Lasalle, mano derecha del entonces jefe político de la banda, José Luis Álvarez Santacristina, Txelis.