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Dirigentes de UGT critican el apoyo "sin contrapartidas" de Cándido Méndez al Gobierno de Rodríguez Zapatero
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Dirigentes de UGT critican el apoyo "sin contrapartidas" de Cándido Méndez al Gobierno de Rodríguez Zapatero

El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y el secretario general de UGT, Cándido Méndez, escenificaron la buena sintonía que existe entre ambos durante la

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Dirigentes de UGT critican el apoyo "sin contrapartidas" de Cándido Méndez al Gobierno de Rodríguez Zapatero

El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y el secretario general de UGT, Cándido Méndez, escenificaron la buena sintonía que existe entre ambos durante la reunión mantenida ayer en Ferraz. Desde que el PSOE llegara al poder, Méndez siempre ha tenido palabras de aliento para este partido. En el sindicato, sin embargo, no todos entienden el porqué de estas “relaciones cordiales”.

Dirigentes de la Ejecutiva de UGT, vinculados al histórico líder José María Zufiaur, han manifestado en distintos foros de la central socialista su descontento por la política de mano tendida a Zapatero. En su opinión, este apoyo no se ha traducido hasta el momento en ninguna contrapartida que pueda justificarlo.

Son varios los ugetistas que ya han denunciado esta situación, caso de Toni Ferrer y Jesús Pérez, dos personas de la máxima confianza de Cándido Méndez. Tanto Ferrer como Pérez critican frontalmente la desidia del presidente del Gobierno año y medio después de su llegada a La Moncloa, tanto en cuestiones de índole social como en la consolidación del movimiento sindical español, que pasa -a juicio de estos dirigentes- por la devolución del patrimonio Histórico de UGT en la presente Legislatura.

Las negociaciones para alcanzar un Pacto Social han entrado en vía muerta al incumplirse el compromiso de las partes -CEOE, UGT, CCOO y Gobierno- de llegar a algún tipo de acuerdo antes de agosto, con el fin de incluir las correspondientes partidas presupuestarias, fruto del pacto, en las cuentas públicas de 2006.

A las críticas de sectores todavía minoritarios en UGT hay que sumar la presión del poderoso ‘sector crítico’ de CCOO, que viene exigiendo a su secretario general, José Maria Fidalgo, un giro en la complaciente actitud sindical frente al Ejecutivo de Rodríguez Zapatero que desemboque en "la reconquista de la calle".

En UGT, Cándido Méndez se está viendo obligado a dar la cara constantemente por su amigo el presidente del Gobierno, del que espera, según fuentes del sindicato, un compromiso público para abordar medidas de contención de la temporalidad; un pacto sanitario inspirado en el Pacto de Toledo y dotaciones presupuestarias suficientes para hacer viable la atención a mayores y discapacitados tras la aprobación de la Ley de Dependencia.

La deuda histórica como telón de fondo

Sin embargo, el verdadero escollo que puede dar al traste con la actual 'luna de miel' que viven Zapatero y Méndez es el patrimonio Histórico de la UGT, cuya devolución liberaría definitivamente al sindicato de su carga financiera con el Instituto de Crédito Oficial (ICO), producto del fracasado proyecto cooperativista de la PSV.

En UGT daban por hecho que la llegada del PSOE al Gobierno zanjaría en pocos meses la cuestión, pero ahora, transcurrido casi un año desde que comenzaron las reuniones técnicas para el reconocimiento de la deuda histórica, empieza a cundir el desánimo.

En la Ejecutiva de este sindicato se tiene la impresión de que el presidente del Gobierno asegura sistemáticamente a Méndez que la decisión política está tomada, pero ni en el Ministerio de Economía ni en el de Trabajo se han recibido instrucciones al respecto.

El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y el secretario general de UGT, Cándido Méndez, escenificaron la buena sintonía que existe entre ambos durante la reunión mantenida ayer en Ferraz. Desde que el PSOE llegara al poder, Méndez siempre ha tenido palabras de aliento para este partido. En el sindicato, sin embargo, no todos entienden el porqué de estas “relaciones cordiales”.