El Gobierno pide a Carod que deje de inmiscuirse en los contactos con ETA

Los contactos secretos entre el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero y la organización terrorista ETA se han encontrado en los últimos meses con un intermediario espontáneo y no deseado: Josep Lluis Carod Rovira, el líder de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC). De hecho, según han confirmado a El Confidencial varias fuentes, el Ejecutivo socialista se ha visto obligados a hacer llegar al político catalán el mensaje de que deje de inmiscuirse en dicho proceso ya que su intervención “no es necesaria” y que, por el contrario, puede ser perjudicial.

Para ello, un ministro aprovechó el encuentro con una persona del entorno de Carod Rovira para transmitirle que Moncloa “estaba al tanto” de sus recientes gestiones en el entorno de la banda y que, aunque suponían buena fe por su parte, éstas no podían hacer otra cosa que interferir el que, según una de las fuentes consultadas, es aún un proceso muy delicado por el estado incipiente en el que se encuentra.

Algunas fuentes aseguran a este diario que el líder de ERC no ha sido el único espontáneo que en los últimos meses ha decidido hacer gestiones ante destacados dirigentes de la izquierda abertzale para intentar facilitar un encuentro directo entre los etarras y el Gobierno. Los socialistas también les han pedido a éstos que cejen en sus gestiones “a título personal” para evitar que la proliferación de presuntos intermediarios cree una confusión que perjudique los contactos.

De hecho, los socialistas tienen la experiencia de lo ocurrido en los anteriores diálogos abiertos con la banda durante los Gobiernos de Felipe González. En alguna ocasión ETA se vio obligada a enviar un mensaje al Ejecutivo pidiéndole que aclarara quién, de todos los presuntos intermediarios que llamaban a su puerta, era realmente el comisionado por Moncloa para sentarse a hablar.

A ERC tampoco le gusta

En el caso de Carod Rovira, sus gestiones han molestado incluso en el seno de su propio partido. En los últimos meses -como ya adelantó en exclusiva El Confidencial en sus ediciones del 17 de mayo y 6 de junio pasados-, destacados dirigentes de la formación republicana se han mostrado reticentes a escuchar, como defendía su líder, los cantos de sirena que entonces les llegaban desde Batasuna para que ERC intercediera ante Rodríguez Zapatero y lograr iniciar el proceso de paz.

En una reunión celebrada antes de verano, la dirección de la formación republicana llegó a abordar la conveniencia o no de intervenir como correo en un proceso de dichas características. No se alcanzó entonces una postura común, pero la mayoría de los presentes mostró sus reticencias “por el mal recuerdo” de la polémica que en su día suscitó el encuentro del propio Carod Rovira con dirigentes etarras en el Sur de Francia, según reconocieron entonces a este diario fuentes políticas. Unas opiniones que, sin embargo, el líder de ERC ha decidido ignorar para disgusto de su partido y del Gobierno.