El titular de Interior aprovechó su comparecencia en el Congreso para dar un simple tirón de orejas al director general de la Guardia Civil por sus declaraciones “desafortunadas” sobre el ‘caso Roquetas’. Desde el Palacio de La Moncloa le habían recordad

“El director de la Guardia Civil hizo en cada momento lo que tenía que hacer. Lo que declaró, bueno, todos nos podemos equivocar y estar desafortunados”. La comparecencia del ministro José Antonio Alonso en la Comisión de Interior del Congreso para explicar las investigaciones de su departamento por la muerte de Juan Martínez Galdeano en la Casa cuartel de Roquetas del Mar (Almería) se saldó con una simple amonestación contra su subordinado, el general del Ejército del Aire Carlos Gómez Arruche, por las declaraciones en las que minimizaba el suceso.

Y ello a pesar de que en al menos otras dos ocasiones durante su intervención, Alonso dejó en evidencia al director de la Benemérita. En una, cuando aseguró que quien le informó del suceso fue el delegado del Gobierno en Andalucía, Juan José López Garzón, y no el responsable de la Guardia Civil. Instantes después, el ministro aseguraba que tras ponerse en contacto telefónico con Gómez Arruche le “recordó” a éste los principios del Gobierno frente a los casos de abusos policiales. Todo ello para después apoyar su labor en las contadas ocasiones en la que los grupos políticos del Parlamento arremetieron contra el general -sólo la diputada de IU-ICV, Carma García, pidió su dimisión, y ello sin demasiada convicción-.

Varias fuentes políticas, incluidas algunas del propio departamento de Interior, han señalado a El Confidencial que la decisión de no cesar al director general de la Guardia Civil por su actuación en el caso Roquetas había partido del propio José Luis Rodríguez Zapatero, quien se ha convertido en el principal defensor del militar a pesar de que siempre se ha señalado a éste un hombre de José Bono, algo que, de hecho, el propio Gómez Arruche niega a todo aquel que se lo pregunta.

“Goza de la confianza del Gobierno”

Sin embargo, el apoyo en esta ocasión puede ser temporal ya que, según estas fuentes, el mensaje que se transmitió desde Moncloa a Interior -cuyos máximos responsables llevan varios meses intentado sustituir a Gómez Arruche por un civil- fue que “todavía no toca”. La orden fue acatada por Alonso, quien en su comparencia llegó a afirmar que el cuestionado general “goza de la confianza del Gobierno”.

Sin embargo, este diario pudo constatar ayer que la tensión entre los máximos responsables de Interior y el director general de la Guardia Civil no se ha reducido a pesar de que desde el Ejecutivo socialista se consideraba que la comparecencia parlamentaria le había permitido salvar “brillantemente” la cara en el escándalo provocado por la muerte del detenido en Roquetas. De hecho, fuentes cercanas al equipo de Interior reconocían a El Confidencial que el desencuentro sigue siendo “total”.

Ayer, incluso, comenzó a circular el rumor de que el propio Gómez Arruche había pedido su sustitución al frente de la Guardia Civil para después de verano. Colaboradores estrechos del propio militar negaron rotundamente a este diario tal circunstancia: “Su compromiso con la Guardia Civil sigue siendo total”. No es esa la opinión del principal sindicato de la Benemérita, la Asociación Unificada de la Guardia Civil (AUGC), uno de cuyos dirigentes aseguraba a El Confidencial: “la decisión de su sustitución está tomada, sólo queda elegir cuándo hacerlo y cómo, para que la oposición no pueda relacionarlo con el caso Roquetas”.