Zapatero tiene el enemigo en casa: Bono muestra en privado su total rechazo al diálogo con ETA

Bono ha decidido no permanecer impasible ante la hipotética apertura de un proceso de diálogo con ETA. Por ello, tras la aprobación el pasado martes en el Congreso de los Diputados de la resolución que permite al Ejecutivo iniciar contactos con la banda armada si ésta abandona las armas, el ministro de Defensa ha comenzado a manifestar en privado su oposición a todo el proceso.

Así lo han señalado a El Confidencial fuentes próximas al político socialista. Según éstas, uno de los argumentos que maneja José Bono para oponerse a la iniciativa socialista es que, en estos momentos, a la organización terrorista se la puede derrotar exclusivamente con la actividad policial.

En este sentido, el titular de Defensa ha reiterado en más de una ocasión a Rodríguez Zapatero que el Centro Nacional de Inteligencia (CNI), dependiente de su departamento, tiene “agujereada” a una ETA más débil que nunca y que se puede saber casi cada paso de la banda armada y de la ilegalizada Batasuna.

En los últimos meses, como demostración de ese supuesto control que tienen los agentes del CNI sobre los terroristas, el ministro ha descolgado en más de una ocasión el teléfono para anunciar al presidente del Gobierno alguno de los pasos de ETA.

No hacer daño a las víctimas

Bono, que ayer llamó “cómplice de asesinato y secuestrador consumado” a Arnaldo Otegi en respuesta a la felicitación de éste a la resolución parlamentaria, también se ha quejado amargamente del daño que un proceso de contactos con ETA va a causar a las víctimas del terrorismo.

El ministro está contando con la colaboración de los miembros más cercanos de su equipo para propagar su postura contraria a los contactos. De hecho, algunos de ellos han aprovechado sus conversaciones informales con miembros de otros partidos políticos para transmitirles la oposición del ministro y las serias dudas de éste sobre el éxito final de la iniciativa de Zapatero.

La postura de Bono incomoda en el propio Ejecutivo, donde incluso se ha empezado a señalar al CNI como responsable final de la filtración a la prensa de determinadas informaciones con el objeto de torpedear el proceso de diálogo, incluso antes de que éste se llegue a abrir.

Un político socialista comparaba el papel actual del titular de Defensa con el que desarrolló Jaime Mayor Oreja durante la tregua de ETA de 1998. “Entonces, el ministro del Interior repetía a José María Aznar una y otra vez que no se fiara de los terroristas, que la tregua era una trampa. Ahora es Bono el que quiere ser el Pepito Grillo de Zapatero”.