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Los socialistas pretenden que la Cámara Baja apruebe durante el Debate sobre el Estado de la Nación una resolución que autorice a los diputados iniciar sus intervenciones en catalán, gallego o euskera.
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Los socialistas pretenden que la Cámara Baja apruebe durante el Debate sobre el Estado de la Nación una resolución que autorice a los diputados iniciar sus intervenciones en catalán, gallego o euskera.

A partir del próximo Debate sobre el Estado de la Nación será posible volver a oír a sus señorías iniciar sus intervenciones en el Congreso en

Foto: Los socialistas pretenden que la Cámara Baja apruebe durante el Debate sobre el Estado de la Nación una resolución que autorice a los diputados iniciar sus intervenciones en catalán, gallego o euskera.
Los socialistas pretenden que la Cámara Baja apruebe durante el Debate sobre el Estado de la Nación una resolución que autorice a los diputados iniciar sus intervenciones en catalán, gallego o euskera.

A partir del próximo Debate sobre el Estado de la Nación será posible volver a oír a sus señorías iniciar sus intervenciones en el Congreso en catalán, gallego o euskera. Esa es al menos la intención del PSOE, cuyos dirigentes han encontrado una triquiñuela parlamentaria que pondrá punto final a la polémica de los últimos meses y que, a la vez, permitirá al presidente de la Cámara Baja, Manuel Marín, salvar la cara después de mantener una tesis contraria a la de su propio partido.

Según ha podido confirmar El Confidencial en varias fuentes parlamentarias, el PSOE tiene intención de promover durante dicho debate -que se celebrará el 11 y 12 de mayo- una resolución en la que se acordará el uso limitado de las lenguas cooficiales en el Congreso. De este modo, los socialistas -cuyo portavoz parlamentario, Alfredo Pérez Rubalcaba, ya ha buscado discretamente el apoyo a esta resolución de todos los grupos de la Cámara menos el PP- pretenden que se vuelva a la situación anterior al pasado 1 de marzo.

Hasta entonces, el presidente del Congreso permitía en las sesiones plenarias que los diputados se expresaran en catalán, gallego o euskera, siempre y cuando sus intervenciones fueran breves e inmediatamente traducidas al castellano. Pero un incidente días antes con un diputado de ERC llevó a Manuel Marín a dar marcha atrás y prohibir el uso de cualquier otra lengua que no fuera el castellano, prohibición que ha durado hasta ahora.

El sistema elegido para desbloquear el asunto -que había enturbiado las relaciones entre el presidente de la Cámara y sus correligionarios, hasta el punto de hacerle amagar con su dimisión ante el propio José Luis Rodríguez Zapatero- permitirá a Manuel Marín salvar la cara, ya que él se había negado públicamente a permitir de nuevo el uso de las lenguas si no había consenso entre todos los grupos. Consenso imposible, ya que el PP había insistido reiteradamente en todas las reuniones que se habían celebrado en que los diputados debían hacer todas sus intervenciones en castellano.

“La resolución, si finalmente sale adelante, obliga a todos, incluido Manuel Marín. De este modo, éste podrá defenderse de los más que previsibles ataques de los populares diciendo que no le queda más remedio que volver a la situación anterior y permitir que se utilicen las otras lenguas”, reconocen a este diario fuentes parlamentarias.

A partir del próximo Debate sobre el Estado de la Nación será posible volver a oír a sus señorías iniciar sus intervenciones en el Congreso en catalán, gallego o euskera. Esa es al menos la intención del PSOE, cuyos dirigentes han encontrado una triquiñuela parlamentaria que pondrá punto final a la polémica de los últimos meses y que, a la vez, permitirá al presidente de la Cámara Baja, Manuel Marín, salvar la cara después de mantener una tesis contraria a la de su propio partido.