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El almuerzo secreto que el pasado 19 de abril celebraron Bono y Carod Rovira no sólo sirvió para que ambos políticos se conocieran e intercambiaran impresiones. El ministro aprovechó el encuentro para que el jefe del Ejército, el general Félix Sanz, que
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El almuerzo secreto que el pasado 19 de abril celebraron Bono y Carod Rovira no sólo sirvió para que ambos políticos se conocieran e intercambiaran impresiones. El ministro aprovechó el encuentro para que el jefe del Ejército, el general Félix Sanz, que

El pasado martes 19 de abril, cuando se acercaba al momento de los cafés en el almuerzo secreto que celebraron en la sede del Ministerio de

Foto: El almuerzo secreto que el pasado 19 de abril celebraron Bono y Carod Rovira no sólo sirvió para que ambos políticos se conocieran e intercambiaran impresiones. El ministro aprovechó el encuentro para que el jefe del Ejército, el general Félix Sanz, que
El almuerzo secreto que el pasado 19 de abril celebraron Bono y Carod Rovira no sólo sirvió para que ambos políticos se conocieran e intercambiaran impresiones. El ministro aprovechó el encuentro para que el jefe del Ejército, el general Félix Sanz, que

El pasado martes 19 de abril, cuando se acercaba al momento de los cafés en el almuerzo secreto que celebraron en la sede del Ministerio de Defensa José Bono y su número 2, el secretario de Estado Francisco Pardo, con el líder de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), Josep Luis Carod Rovira, el portavoz de su partido en el Congreso, Joan Puigcercós, y el diputado republicano Joan Puig, un sexto personaje se incorporó al mismo. Era el jefe del Estado Mayor de la Defensa (JEMAD), el general Félix Sanz.

Su presencia -cuya existencia fue desvelada por este diario en su edición el pasado 21 de abril- no fue casual. De hecho, según han señalado a El Confidencial fuentes conocedoras de lo hablado en el almuerzo, su incorporación a la mesa en dicho momento fue pactada cuando, días antes, se concretaron los detalles del mismo entre el secretario de Estado Francisco Pardo y el diputado de Esquerra Joan Puig.

Según estas fuentes, fue el propio Bono el que mostró su interés porque estuviera presente el militar ya que quería aprovechar la visita de Carod Rovira para eliminar en los tres ejércitos, a través de su máximo responsable, las reticencias que percibía en ellos hacia la colaboración del Gobierno con los socios republicanos. Una colaboración que convertirá a ERC en pieza clave en la redacción final de la Ley de la Defensa.

Según estas fuentes, durante el tiempo que el general Félix Sanz estuvo presente en el encuentro secreto, Bono recalcó que gracias a los votos de ERC dicho proyecto legislativo saldría adelante y que, por ello, era necesario que el estamento militar eliminara cualquier atisbo de animadversión hacia los republicanos catalanes, surgida a raíz de algunos incidentes, como el de la simbólica retirada del lema “A España servir hasta morir” de la ladera de la montaña de la Academia de Suboficiales de Tremp, en Lérida. El general Sanz, disciplinado, asintió a todo.

El pasado martes 19 de abril, cuando se acercaba al momento de los cafés en el almuerzo secreto que celebraron en la sede del Ministerio de Defensa José Bono y su número 2, el secretario de Estado Francisco Pardo, con el líder de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), Josep Luis Carod Rovira, el portavoz de su partido en el Congreso, Joan Puigcercós, y el diputado republicano Joan Puig, un sexto personaje se incorporó al mismo. Era el jefe del Estado Mayor de la Defensa (JEMAD), el general Félix Sanz.