El lehendakari en funciones, Juan José Ibarretxe, tiene todas las papeletas para repetir en el puesto a pesar de la clara derrota sufrida ayer, pero ¿a qué precio? La aritmética señala a PSE y al PC de las Tierras Vascas como las dos únicas opciones exis

Las paradojas de la política harán que el gran derrotado en las elecciones vascas celebradas ayer, Juan José Ibarretxe, tenga muchas posibilidades de ser de nuevo el lehendakari. Y a esa misión ha dedicado las primeras horas de hoy, en las que se ha puesto en contacto telefónico con el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y con los líderes de las fuerzas políticas vascas.

Zapatero se reunirá con el lehendakari ya en funciones una vez que éste termine la ronda de contactos que tiene previsto con los representantes de las fuerzas políticas vascas.

Ibarretxe tendrá que hacer encaje de bolillos para conseguir una nueva mayoría parlamentaria que reemplace a la que hasta ahora había mantenido el tripartito de Vitoria. Dos son las opciones que tiene sobre la mesa. La primera es dencartarse por radicalizar aún más su discurso y buscar el apoyo del Partido Comunista de las Tierras Vascas (PCTV), como le pide el sector del PNV que encabeza Joseba Egibar, el delfín de Arzalluz, y sus propios socios de coalición, Eusko Alkartasuna (EA)

La segunda es abrir la mesa de partidos que le reclama el PSE de Patxi López y negociar con éste, lo que le obligaría a retirar su polémico plan soberanista y comenzar a negociar una reforma estatutaria diferente a la que él aspiraba. Tome la decisión que tome, Ibarretxe tendrá que dejar a un lado su personalismo -que le ha llevado en los últimos años a tomar las decisiones de un modo prácticamente individual- y empezar a oír las diferentes sensibilidades que existen en el seno de su propio partido, incluida las que le culpan a él en exclusiva del fracaso en los comicios. Entre ellos se encuentra el sector afín al presidente, Josu Jon Imaz, y cuyas cabezas más visibles son el presidente del partido en Vizcaya, Iñigo Urkullu, el presidente del Parlamento vasco, Juan María Atutxa, y la secretaria de la Ejecutiva, Josune Ariztondo.

Patxi López, uno de los triunfadores

Por el contrario, uno de los grandes triunfadores ha sido Patxi López. Sube cinco diputados hasta llegar a los 18 -algo menos de lo que en algunos momentos excesivamente triunfalistas de la campaña insistían que lograrían- y se refuerza en el liderazgo del partido, frente a los críticos encabezados por Nicolás Redondo Terreros y Rosa Díez. En su mano está ahora ofrecer a Juan José Ibarretxe, con el apoyo desde Madrid de José Luis Rodríguez Zapatero, un pacto de Gobierno en el que se entierre definitivamente el plan del lehendakari y se abra una mesa de partidos para negociar una reforma del estatuto menos rupturista que la defendida hasta ahora por el PNV y EA. Un nuevo estatuto, en pocas palabras, a la catalana.

Además, su mano derecha y presidente del partido, Jesús Eguiguren, protagonista de los contactos no-oficiales de los últimos meses con el entorno de ETA, consigue un margen de tiempo importante para insistir en éstos con una Batasuna cuya lista blanca ha sido la otra gran ganadora de los comicios. Interrumpidos éstos el pasado mes de enero, ante la desconfianza mutua entre ambas partes, en diferentes ámbitos políticos consultados ayer por este diario se insistía que “ahora se retomarán rápidamente. Batasuna tiene voz en el Parlamento y su próximo objetivo es estar presente con candidaturas propias en las elecciones municipales de 2007. El de los socialista, que ETA haga mutis por el foro y puedan ir a las generales del año siguiente con una as en la manga de Zapatero”.

Los ‘asesores’ del PCTV