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Eulen, el gigante de servicios de la familia Álvarez, en el punto de mira de constructoras y capital riesgo
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Eulen, el gigante de servicios de la familia Álvarez, en el punto de mira de constructoras y capital riesgo

El grupo Eulen está en el mercado. Su condición de compañía de referencia del sector servicios la ha vuelto a colocar en el punto de mira

El grupo Eulen está en el mercado. Su condición de compañía de referencia del sector servicios la ha vuelto a colocar en el punto de mira de los grandes consorcios de la construcción, que ven en ella el complemento ideal para crecer en tamaño y diversificar negocio. Por este motivo, desde hace algunas semanas, distintos bancos de negocios han rescatado esta operación e intentan sacar adelante una orden de mandato, como aseguran fuentes del mercado.

Pero el interés no radica sólo en los gigantes de la obra pública. De acuerdo con interlocutores próximos a Eulen, también el capital riesgo ha sondeado al pater de la saga, David Álvarez, para conocer su disposición a vender. “El problema es el de siempre”, explica el ejecutivo de una reconocida firma. “Es una empresa que seguimos, pero que no permite avanzar en las negociaciones, en seguida se descuelgan con precios que no podemos asumir”.

Este gigante desconocido, fundado por David Álvarez en la década de los 60, que no cotiza en Bolsa, engloba negocios muy diversos, como los de limpieza, seguridad, servicios sociosanitarios, medio ambiente o trabajo temporal, con los que, en el último año, ha facturado 800 millones de euros, con un beneficio neto de 20 millones. Cifras que le convierten en uno de los gigantes del sector de servicios integrales, con presencia en el extranjero y una plantilla de más de 50.000 empleados.

El interés por Eulen, sin embargo, no es nuevo. Algunas de las constructoras ahora fusionadas, así como distintas firmas de capital operativas, han rondado a Eulen sin demasiado éxito. “Es una empresa muy interesante, a por la que fuimos hace mucho tiempo, pero no se pasó de las reuniones de cortesía”, explican desde una antigua casa de capital privado. “De eso hace ya mucho tiempo y recuerdo que no hubo mucha disposición por su parte”.

La nueva tentativa por acercarse a Eulen ha llegado ya a oídos de sus propietarios. En el entorno de la familia Álvarez reconocen que están dispuestos a sentarse a hablar con cualquiera, aunque niegan que estén en posición vendedora. “Si alguien viene a comprarme la chaqueta que llevo puesta, no se la vendo”, explican a modo de ejemplo. “Ahora bien, si por algo que me ha costado 300 euros me ofrecen 3.000, no puedo decir que no”.

El problema a la hora de abordar la ‘Operación Eulen’ es el precio, demasiado elevado, que pide siempre la familia Álvarez, a veces considerado como una medida disuasoria para no desprenderse de la compañía. De momento, de manera oficial, desde la compañía reconocen que los últimos contactos mantenidos han sido para responder a ofertas recibidas por las divisiones de seguridad y sociosanitarios. Pero ninguna de ellas prosperó.

“Cada vez que las constructoras plantean la posibilidad de realizar un movimiento corporativo sale el nombre de Eulen”, explican desde un banco de negocios. “Aunque la operación está cargada de sentido, no hay que olvidar que asumir una compañía con tantos trabajadores tiene un componente de riesgo elevado, difícil de gestionar”. Y no es un factor a ignorar, ya que, como reconocen desde la propia Eulen, “nosotros en realidad somos una compañía de recursos humanos”.

El grupo Eulen está en el mercado. Su condición de compañía de referencia del sector servicios la ha vuelto a colocar en el punto de mira de los grandes consorcios de la construcción, que ven en ella el complemento ideal para crecer en tamaño y diversificar negocio. Por este motivo, desde hace algunas semanas, distintos bancos de negocios han rescatado esta operación e intentan sacar adelante una orden de mandato, como aseguran fuentes del mercado.