Rajoy pide a los empresarios que hablen bien de España aunque “critiquen al Gobierno”

Mariano Rajoy ha aprovechado su intervención en la asamblea del Instituto de la Empresa Familiar para defender su política económica y para pedir a los empresarios que, "aunque hablen mal del Gobierno", lo hagan bien de España y de las medidas positivas para el país (reformas en marcha incluidas) con el fin de atraer las inversiones exteriores.

El presidente del Gobierno se ha extendido en sus explicaciones sobre el cuadro macroeconómico y las previsiones sobre la economía española remitidas a Bruselas el pasado viernes y se ha comprometido a volver al mismo foro dentro de un año para poder constatar lo que hoy afirma, que “estamos en el umbral de invertir nuestra situación y que las bases para conseguirlo son cada vez más sólidas".

Rajoy ha insistido en los mismos mensajes lanzados el día anterior desde Granada, esto es, hay que perseverar en las reformas y los ajustes. "Lo importante ahora es no perder el rumbo ni bajar la intensidad del cambio. Esta legislatura ha de ser la del proceso permanente de reformas", ha insistido en el mismo tono de "realismo" oficial del Ejecutivo de las últimas fechas, pero con más hincapié a la hora de desgranar sus compromisos de cambios legislativos para aumentar la disciplina y la consolidación fiscal, y también para reducir el gasto público.

Ante un público compuesto por empresarios de tradición familiar (de los que un 63%, según su propia encuesta interna, siguen decididos a invertir en España), el presidente del Gobierno se ha comprometido a aprobar "definitivamente" normas para la reforma de la Administración con los objetivos de "favorecer la supresión de las duplicidades de las gestiones administrativas y la eficiencia en la gestión de servicios y medios comunes; racionalizar y ordenar la administración institucional".

Peticiones de acuerdos entre los partidos

Antes las peticiones de acuerdos entre las fuerzas políticas por la gravedad de la crisis económica y de la tasa de paro, Rajoy ha recordado que habla mucho con el jefe de la oposición, Alfredo Pérez Rubalcaba, "pero no apoya ni una sola reforma". En ese punto ha destacado que los socialistas, al principio de la legislatura, ni siquiera votaron a favor de la ley orgánica que desarrolla la reforma constitucional sobre el compromiso de estabilidad presupuestaria que sí suscribieron PP y PSOE en agosto de 2011, cuando Zapatero era presidente del Gobierno.

"Vamos a ver ahora qué pasa con las pensiones", ha exclamado el jefe del Ejecutivo sobre la necesidad de reformular en el Pacto de Toledo el futuro del sistema sobre el principio de "la sostenibilidad" económica del mismo. "Yo quiero un acuerdo, pero tengo la responsabilidad de gobernar, todo tiene un coste y la oposición no está por la labor", ha agregado sobre la negativa de los socialistas a avalar medidas que puedan resultar impopulares.