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El espectacular tren alcista de Grifols encuentra el semáforo cerrado en los 30 euros
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LOS ANALISTAS, DIVIDIDOS ANTE LA CONTINUIDAD DE SUS SUBIDAS

El espectacular tren alcista de Grifols encuentra el semáforo cerrado en los 30 euros

La de Grifols es, junto a la de Inditex, una de las mayores historias de éxito de la bolsa española de los últimos años. La multinacional

La de Grifols es, junto a la de Inditex, una de las mayores historias de éxito de la bolsa española de los últimos años. La multinacional catalana, especializada en el sector farmacéutico y hospitalario, se ha revalorizado un 516% desde que salió a cotizar al mercado en 2006, no muy lejos del líder mundial textil, que desembarcó en el parqué cinco años antes y que acumula una ganancia del 587%. Ambas empresas han sido las estrellas bursátiles en los dos últimos ejercicios, con subidas del 185% y 106%, respectivamente, y sobre las dos pesa la misma duda: ¿han alcanzado ya las acciones el techo en su rally alcista?

Grifols conquistó la semana pasada nuevos máximos históricos, quedándose a un paso de los 30 euros por título (29,72, en concreto). Mientras el resto del mercado se precipitaba a la baja, sacudido por la crisis chipriota y los interminables problemas de la zona euro, la empresa catalana dio renovadas muestras de su fortaleza alcista. Sin embargo, tras el nuevo récord, los inversores se han lanzado a recoger beneficios. En las dos últimas jornadas, la empresa farmacéutica ha perdido un 8%, hasta los 27,1 euros, y ha reducido su ganancia en el año al 2,8%.

“Grifols está mostrando su solidez en los momentos de inestabilidad bursátil. No sólo no ha seguido la estela bajista del resto del mercado, sino que, además, ha actuado como un valor refugio”, explica un analista. Sin embargo, pese a ser una acción sólida y resistente a la caída, los analistas están divididos sobre la continuidad del rally.

Bryan Garnier es una de las firmas de análisis más optimista sobre la capacidad alcista de Grifols y ha elevado su precio objetivo a 31 euros, desde los 29,5 y, el pasado enero, BPI fijó el precio objetivo en 32,5 euros. Pero son muchos los analistas que consideran que el valor está “sobrecomprado” y que 2013 será un año de digestión de los excesos pasados.

Lo cierto es que, pese a su estrellato, Grifols no es una compañía tan popular entre los inversores españoles como la dueña de la cadena de moda Zara. Destacados gestores de fondos de inversión en España reconocen con pesar haberse “perdido el tren alcista” de los dos últimos años, en los que la empresa ha traspasado, una y otra vez, los precios objetivos marcados por los analistas. Al igual que buena parte del negocio de esta empresa con sede en San Cugat del Vallès (Barcelona) está en el exterior (principalmente en EEUU), el valor tiene más seguidores al otro lado del Atlántico que en la península ibérica. Algunas sociedades de valores españolas ni siquiera siguen el valor. “Lo dejé de analizar hace años. No me gustan las compañías con una gestión tan personalista”, reconoce Juan José Fernández-Figares, jefe de Análisis de Link Securities.

El artífice

Víctor Grifols es el hombre que maneja los hilos de esta empresa líder mundial de la industria farmacéutica. Nieto del fundador de la compañía, el presidente de Grifols era un hombre muy poco conocido en el sector empresarial español hasta que en 2010 sorprendió al orbe bursátil mundial con una oferta pública de adquisición (OPA) sobre el líder estadounidense de hemoderivados Talecris. La oferta, la mayor operación realizada por una empresa española en EEUU, fue osada y muchos dudaron de su éxito por dos buenas razones: el grupo opado era dos veces y media más grande que la firma catalana y se temía que la autoridad de competencia estadounidense vetara la operación al ser considerados los hemoderivados como un sector estratégico para el país.

Pero la OPA salió adelante y Grifols, esa compañía que comenzó como un pequeño laboratorio de análisis clínicos en 1940, se convirtió en el tercer fabricante mundial de derivados sanguíneos con una cifra de negocio que en 2012 superó los 2.300 millones de euros.

Un sector en ascenso

El negocio angular de Grifols son los hemoderivados, presentes en todos los sueros que se utilizan en las intervenciones quirúrgicas y en las estancias de los pacientes en el hospital. Es un sector compuesto por pocas empresas en el mundo, ajeno a las crisis económicas y que crece a ritmos anuales del 15%. El descubrimiento del sida en los años 80 y la aparición de casos de contagio por transfusiones de sangre provocaron la desaparición de muchas empresas dedicadas a la producción de los derivados sanguíneos. En esos años, la firma catalana reforzó sus sistemas de seguridad y logró consolidarse como el único fabricante de hemoderivados español.

En 1985, Víctor Grifols llegó a la presidencia del grupo y centró todos sus esfuerzos en la internacionalización. Pronto vio en la bolsa una buena forma de obtener financiación y se lanzó al objetivo de hacer de la empresa fundada por su abuelo una firma cotizada. En 2001 estuvo apunto de salir a bolsa, pero el estallido de la burbuja puntocom echó los planes por tierra. En 2004, volvió a intentarlo, pero se vio obligado a dar marcha atrás ante la falta de demanda. Los inversores no estaban interesados en una farmacéutica dependiente de los precios fijados por el Gobierno y sometida a los retrasos con que paga la Seguridad Social. Sin embargo, a la tercera fue la vencida. En 2006, en pleno boom bursátil, Grifols consiguió desembarcar en el mercado de valores español.

Tras la conquista del mercado americano con la compra de Talecris, el presidente de Grifols se ha ido ganando el favor de sus empleados en Estados Unidos, donde pasa grandes temporadas. Lo cierto es que Grifols es una empresa con los pies más fuera que dentro de España. Tan sólo el 8% de la facturación del grupo procede ya del mercado nacional y tres cuartas partes de los trabajadores de la compañía, más de 11.000, están al otro lado del Atlántico.

Pero Grifols no ha dejado de invertir en España. A finales del año pasado inauguró la ampliación de sus instalaciones en Murcia y hace sólo un mes anunció la compra del 60% del capital de la biotecnológica vasca Progenika Biopharma por 37 millones de euros.

“Grifols es una empresa que está en continuo movimiento. Sigue invirtiendo y dando noticias positivas en épocas en la que abundan las desinversiones. Creo que el valor va a seguir dando sorpresas positivas”, afirma un gestor de fondos español. Al mismo tiempo, opina que los recortes de los últimos días pueden obedecer a la salida del capital que vienen haciendo progresivamente los fondos estadounidenses heredados con la compra de Talecris, como Cerberus, que ha reducido su presencia del 14% al 2,6% del capital según los últimos datos disponibles.

La de Grifols es, junto a la de Inditex, una de las mayores historias de éxito de la bolsa española de los últimos años. La multinacional catalana, especializada en el sector farmacéutico y hospitalario, se ha revalorizado un 516% desde que salió a cotizar al mercado en 2006, no muy lejos del líder mundial textil, que desembarcó en el parqué cinco años antes y que acumula una ganancia del 587%. Ambas empresas han sido las estrellas bursátiles en los dos últimos ejercicios, con subidas del 185% y 106%, respectivamente, y sobre las dos pesa la misma duda: ¿han alcanzado ya las acciones el techo en su rally alcista?