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China no quiere repetir los errores de Occidente... y la bolsa sufre su mayor caída desde 2010
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NUEVAS MEDIDAS PARA ENFRIAR LA BURBUJA INMOBILIARIA

China no quiere repetir los errores de Occidente... y la bolsa sufre su mayor caída desde 2010

No por crecer más se crece mejor. Esta parece ser la bandera que está dispuesto a enarbolar el nuevo Gobierno chino, que no quiere que su

No por crecer más se crece mejor. Esta parece ser la bandera que está dispuesto a enarbolar el nuevo Gobierno chino, que no quiere que su economía se desboque. Las medidas anunciadas para enfriar su burbuja inmobiliaria así lo certifican, para decepción de la bolsa china, que ha sufrido su mayor descenso en casi 30 meses. En concreto, el índice CSI 300 ha caído un 4,6%, hasta los 2.545,7 puntos, en el que su mayor retroceso diario desde noviembre de 2010. Este desplome agudiza la corrección del último mes, periodo en el que este indicador se deja un 8,5%.

Teniendo en cuenta que China es el país que más está contribuyendo al crecimiento mundial en los últimos años, todo lo que acontece en sus mercados y su economía acapara las miradas del resto del mundo. El descenso de hoy así lo confirma, sobre todo porque ha sido detonado por una batería de medidas anunciada por los nuevos dirigentes del gigante asiático. ¿En qué consiste? En unas exigencias encaminadas a enfriar la burbuja inmobiliaria que, apoyada en un exceso de crédito, está inflándose en China. “Se trata de una mayor restricción para la compra de la segunda vivienda en aquellas zonas con más tensión en los precios. Restricciones en términos de mayor fiscalidad, menor crédito y mayor pago en efectivo”, precisa José Luis Martínez Campuzano, estratega de Citi en España. Consciente de que Occidente fue demasiado condescendiente con la expansión del crédito y sus efectos en el sector inmobiliario, China pretende evitar esos mismos errores. 

'Sacrificar' crecimiento

De este modo, Pekín vuelve a demostrar que no quiere repetir los mismos errores que se cometieron en Occidente... aunque eso suponga sacrificar su crecimiento. O lo que es lo mismo, pese a que China podría crecer más, las autoridades pretenden reducir el ritmo y dominarlo para situarlo en torno a un 7,5% anual. Así lo constatan las estadísticas de actividad empresarial publicadas durante el fin de semana, que han seguido bajando para superar por la mínima el nivel de los 50 puntos, que es la frontera que separa la contracción –por debajo de 50- de la expansión económica –por encima de 50-. Estos datos también han estimulado las ventas de los inversores en la jornada de hoy.

Y el yuan, al ritmo conveniente

Otra demostración de que China quiere imponer el ritmo que más conviene a sus intereses se evidente en la marcha de su divisa, el yuan. Aunque Pekín ha declarado que también persigue una transición desde una economía exportadora hacia a otra más dependiente del consumo interno y es consciente de que esa evolución requiere una moneda más fuerte, tampoco quiere perder las riendas de la revaluación del yuan. Y eso se traduce que la acelera o frena en función de sus datos económicos, de la inflación y del comportamiento de la economía mundial. 

Esta voluntad se manifiesta en la flotación sucia de la moneda, es decir, una estrategia según la cual concede cierta flexibilidad para que su cambio se establezca en el mercado... pero dentro de los límites establecidos y tolerados por el Banco Popular de China (BPCh). En lo que va de 2013, el yuan apenas se aprecia un 0,15% contra el dólar, que sigue siendo su referencia, hasta cambiarse a 6,225 yuanes por dólar. Ya en 2012, y en medio de la crisis del euro, Pekín frenó la apreciación de su moneda, que apenas subió un 1,1% en el conjunto del año, el menor ritmo desde 2009. 

No por crecer más se crece mejor. Esta parece ser la bandera que está dispuesto a enarbolar el nuevo Gobierno chino, que no quiere que su economía se desboque. Las medidas anunciadas para enfriar su burbuja inmobiliaria así lo certifican, para decepción de la bolsa china, que ha sufrido su mayor descenso en casi 30 meses. En concreto, el índice CSI 300 ha caído un 4,6%, hasta los 2.545,7 puntos, en el que su mayor retroceso diario desde noviembre de 2010. Este desplome agudiza la corrección del último mes, periodo en el que este indicador se deja un 8,5%.