Banco Popular vende su negocio de medios de pago para hacer caja a toda velocidad

Banco Popular sigue dando pasos para cumplir con el agresivo plan estratégico con el que pretende volver a equilibrar sus cuentas. La entidad presidida por Ángel Ron está a punto de culminar la venta de su negocio de terminales de punto de venta (TPV), las máquinas instaladas en los establecimientos minoristas para que los clientes puedan pagar con tarjeta de débito o crédito.

Fuentes financieras indican que Popular ya ha alcanzado un acuerdo con una de las multinacionales que se habían interesado por esta división, que el grupo financiero puso a la venta el pasado mes de octubre, tal y como publicó El Confidencial. Según otras fuentes próximas a la operación, la compraventa se cerrará por un importe que oscila entre los 120 y los 150 millones de euros.  

Entre los que han pujado por este negocio de TPV, se encuentran Elavon y Global Payments, dos empresas americanas con sede en Atlanta que ya han tomado posiciones en el mercado español. La primera le compró el pasado mes de octubre el 51% de su negocio de servicios de pago en comercio a Banco Santander por 165,8 millones de euros, una transacción que supuso una plusvalías brutas de 123,7 millones para el primer grupo financiero español.

Por su parte, Global Payments adquirió también el 51% de la filial de transacciones electrónicas minoristas de la Caixa, que tiene 150.000 puntos de venta, con una cuota de mercado de 21%. Esta subsidiaria se valoró en 220 millones de euros, por lo que la multinacional estadounidense pagó algo más de 110 millones en noviembre de hace dos años.  

Elavon es una compañía global de pagos líder en su sector, propiedad al 100% del banco americano U.S. Bancorp.. Global Payments, cotizada en la Bolsa de Nueva York y con más de 3.500 empleados, tiene presencia en Estados Unidos, Canadá, Europa Central, Reino Unido, Rusia y Asia. Su entrada en España, de la mano de la Caixa, tuvo como precedente el acuerdo firmado entre Global Payments y HSBC en el Reino Unido.

Plusvalías estratégicas

Según fuentes próximas a la transacción, al igual que hicieron Santander y la Caixa, Banco Popular se quedará con un porcentaje importante de la filial, todavía por determinar. La idea es que el cliente siga identificando a la entidad española como la marca a través de la cual hace los pagos en los comercios minoristas. Por su parte, el socio elegido aportará las innovaciones tecnológicas para el desarrollo de los micropagos, así como las compraventas a través de Internet y el teléfono móvil.

Con esta desinversión, Popular quiere demostrar que se ha tomado muy serio el plan estratégico lanzado en octubre con motivo de la ampliación de capital de 2.500 millones de euros cerrada con éxito hace dos semanas. En aquella ocasión, César González-Robatto, director general financiero, indicó que el objetivo era obtener unas plusvalías de 545 millones entre 2012 y 2013 para cubrir el desfase de capital de 3.200 millones detectado por Oliver Wyman.

En este sentido, el pasado 12 de diciembre, Banco Popular se desprendió de créditos fallidos por 1.143 millones de euros que fueron comprados por Lindorff y AnaCap, dos especialistas en la adquisición de carteras de morosos a bajo precios. El grupo obtuvo un beneficio neto de 35 millones por esta transacción, a la que hay que sumar el traspaso de su filial de recobros de préstamos, tal y como hizo Banco Santander a principios de año.