Knight Frank y Hines ajustan la cúpula de sus equipos en España
Toca cambiar el paso. Los profesionales del sector inmobiliario continúan con su particular travesía del desierto. Y en este contexto, las grandes firmas de consultoría o
Toca cambiar el paso. Los profesionales del sector inmobiliario continúan con su particular travesía del desierto. Y en este contexto, las grandes firmas de consultoría o desarrollo de proyectos no son una excepción, ni siquiera después de haber realizado ya los pertinentes ajustes a lo largo de estos años de crisis. A punto de concluir el año y tras un fin de ejercicio sin casi actividad, Knight Frank y Hines han ajustado sus cúpulas directivas con la salida de varios de sus socios, según reconocen en ambos casos fuentes oficiales.
La semana pasada, la firma británica Knight Frank, una de las grandes compañías internacionales que opera en nuestro país, procedió a formalizar la salida de dos de sus socios, Rosa Madrid (directora de la oficina de Andalucía) y José Luis Guillermo (responsable del negocio de Oficinas), tras más de una década trabajando en la consultora. Tras este ajuste, la cúpula española queda formada por tres socios, con Alberto Prieto (director general y partner de la matriz), José Díaz-Mederiz (Retail) y Alberto Costillo (Financiero).
“Esta reestructuración en España se enmarca dentro de una estrategia global puesta en marcha hace un año”, explica el propio responsable de la firma. “Seguimos trabajando como siempre y avanzando en la línea adecuada para adaptarnos a los cambios del mercado”. Más allá de las estrecheces del negocio, sin embargo,también late un proceso de renovación de la cúpula a cargo del nuevo director general, que asumió el mando del negocio en nuestro país a mediados de 2011 en sustitución de Frederic Mangeant.
Algo de tiempo antes, otra de las firmas internacionales que operan en España procedió a cambios en su dirección. En este caso, la estadounidense Hines, especializada en el desarrollo y comercialización de proyectos inmobiliarios, negoció el pasado octubre la marcha de Fernando Arenas, uno de sus tres socios. El control de la firma queda en manos de Miguel Ramos y Jamie Rea, que se reparten la gestión de los activos aún en cartera, pero impedidos por la matriz a asumir más riesgo país ante la actual coyuntura del mercado.
Hace tan sólo unas semanas, Colliers procedió a una remodelación de su plantilla mucho más severa. La consultora británica tuvo que recurrir a su franquicia canadiense para mantener a flote la filial española, que debutó en España en pleno 2006 de la mano de un equipo procedente en bloque de Aguirre Newman, aprovechando el calor de las oportunidades que brindaba el boom inmobiliario. Seis años después de su implantación la situación del mercado es bien distinta y hay menos negocio para repartir.
Aunque el pinchazo de la burbuja tuvo lugar en 2007, sus efectos en el sector consultor no se visualizaron hasta dos años después, con recortes de plantilla en las más grandes, caso de Richard Ellis o Jones Lang Lasalle, y cambios en la dirección en otras, como la ahora australiana DTZ. Desde esa primera oleada, las salidas de profesionales del sector han continuado como un goteo a medida que el parón en el negocio inmobiliario se ha perpetuado, tanto en los sectores de oficinas, centros comerciales o inversiones.
Cinco años después, sin embargo, el mercado parece que ofrece algún tipo de oportunidades. La creación por parte del Estado del ‘banco malo’, vehículo destinado a gestionar y dar salida a los activos inmobiliarios propiedad de las entidades nacionalizadas, acapara gran parte de la atención del sector. En este sentido, el interés de los inversores especializados en estas condiciones de excepcionalidad ha dado pie para que nazcan nuevos proyectos de consultoría e intermediación. La oportunidad está en el cambio.
Toca cambiar el paso. Los profesionales del sector inmobiliario continúan con su particular travesía del desierto. Y en este contexto, las grandes firmas de consultoría o desarrollo de proyectos no son una excepción, ni siquiera después de haber realizado ya los pertinentes ajustes a lo largo de estos años de crisis. A punto de concluir el año y tras un fin de ejercicio sin casi actividad, Knight Frank y Hines han ajustado sus cúpulas directivas con la salida de varios de sus socios, según reconocen en ambos casos fuentes oficiales.