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Las entidades sanas rechazan participar en el 'banco malo' para ayudar a las débiles
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EL CAPITAL PRIVADO DEBE ALCANZAR EL 50% PARA QUE NO COMPUTE COMO DEUDA PÚBLICA

Las entidades sanas rechazan participar en el 'banco malo' para ayudar a las débiles

El Gobierno empieza a encontrarse con dificultades en su plan para que el Estado tenga menos del 50% del 'banco malo'. Ha tanteado a las entidades

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Las entidades sanas rechazan participar en el 'banco malo' para ayudar a las débiles

El Gobierno empieza a encontrarse con dificultades en su plan para que el Estado tenga menos del 50% del 'banco malo'. Ha tanteado a las entidades más fuertes del sistema sobre su posible participación en el capital de este vehículo, pero la respuesta ha sido bastante fría, según fuentes conocedoras de la situación. El problema es que es imprescindible que el capital privado supere ese 50% para que el endeudamiento del 'banco malo' no compute como deuda pública.

Los grandes bancos y cajas nunca han sido partidarios de la fórmula del 'banco malo' para solucionar los problemas del sector financiero. Su temor principal era que fuera obligatorio para todos, y ellos se vieran forzados a transferir sus activos tóxicos a los precios que les impusiera el Banco de España. Pero tampoco les convence aunque se vaya a circunscribir a las entidades que reciban ayudas públicas, a falta de conocer los detalles. En todo caso, no están dispuestos a arrimar el hombro para sacarlo adelante.

Según las fuentes consultadas, el motivo es que consideran que participar en el 'banco malo' sería ayudar a la competencia. "¿Por qué deberían ayudar a comprar activos de entidades que son inviables? Y si sale bien, terminarán saneadas y podrán plantear una competencia a los grandes que hoy no están en condiciones de hacer, así que éstos saldrán perdiendo", según una de estas fuentes. Esta perspectiva es más importante que la posible rentabilidad que obtendrían con la posterior venta de los inmuebles de las cajas rescatadas, una rentabilidad que el Gobierno promete que será muy elevada precisamente para atraer inversores.

Las grandes entidades y las medianas que están sanas preferirían que se dejara caer a estas entidades inviables y después que se vendan con garantías contra pérdidas como la CAM o Unnim, sean enteras o por parte cuando sean demasiado grandes, como Bankia. Sin embargo, esta fórmula ha sido descartada tras la petición del rescate bancario en mayo y el Memorándum de Entendimiento impone entre sus condiciones la creación del 'banco malo'. Las entidades inviables serán vendidas después de transferir sus activos tóxicos, es decir, se venderán sólo los activos 'buenos' a través del llamado banco puente.

No obstante, otras fuentes no descartan completamente que finalmente los grandes bancos participen. "Puede ser que, como pasó con la salida a bolsa de Bankia, presionen a los bancos para que hagan algún un 'gesto' y le den entre todos un empujón para que el 'banco malo' tenga capital público", advierte una de ellas. "Pero en principio nadie está por la labor", añade.

La importancia del 50%

Frente a este rechazo de las grandes entidades se encuentra la necesidad del Gobierno de que los inversores privados tengan más del 50% del capital de esta sociedad de gestión de activos. La razón es que de esta forma la deuda que emita no computará como deuda pública, algo absolutamente imprescindible en el diseño del 'banco malo': "El vehículo no puede incrementar la deuda pública, es una premisa irrenunciable" en la situación actual de las finanzas públicas españolas, según las fuentes.

Para que esto ocurra, el Estado (o una entidad estatal como el FROB) no puede tener el control de la sociedad de gestión de activos, porque entonces se considera ayuda de Estado y computa como deuda pública, según las reglas comunitarias ESA-95. Para ello, el Gobierno tiene que prometer una rentabilidad muy atractiva, algo que sólo conseguirá si los precios a los que se traspasen los activos son muy bajos. Y eso se contradice con las afirmaciones de Economía de que ese precio no estará muy por debajo del valor en libros menos las provisiones dotadas para cada activo.

La gran pregunta es quién va a invertir en el 'banco malo' si finalmente no se "obliga" a las entidades sanas a hacerlo. Quedan los fondos inmobiliarios internacionales, pero éstos quieren entrar en España a precios de derribo, que no es lo que se está planteando ahora mismo por el Ejecutivo.

El Gobierno empieza a encontrarse con dificultades en su plan para que el Estado tenga menos del 50% del 'banco malo'. Ha tanteado a las entidades más fuertes del sistema sobre su posible participación en el capital de este vehículo, pero la respuesta ha sido bastante fría, según fuentes conocedoras de la situación. El problema es que es imprescindible que el capital privado supere ese 50% para que el endeudamiento del 'banco malo' no compute como deuda pública.

Banco de España