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Las constructoras reconocen que el AVE a Galicia se caerá por el rechazo de Montoro
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EL SECTOR CUESTIONA LA RENTABILIDAD DE LA LÍNEA

Las constructoras reconocen que el AVE a Galicia se caerá por el rechazo de Montoro

Es uno de los proyectos estrella del Ministerio de Fomento y de su titular, Ana Pastor. “Se financiarán todas las obras que sean necesarias”, aseguraba recientemente

Foto: Las constructoras reconocen que el AVE a Galicia se caerá por el rechazo de Montoro
Las constructoras reconocen que el AVE a Galicia se caerá por el rechazo de Montoro

Es uno de los proyectos estrella del Ministerio de Fomento y de su titular, Ana Pastor. “Se financiarán todas las obras que sean necesarias”, aseguraba recientemente la ministra para sellar el compromiso del Gobierno con el AVE a Galicia, línea con parada en su Zamora natal. Sin embargo, las constructoras no las tienen todas consigo. En primer lugar, por los problemas que encuentran hoy en día para sufragar cualquier proyecto, en plena crisis del crédito. Y en segundo, porque dudan de que Hacienda conceda luz verde a una obra cuya inversión total supera los 9.500 millones de euros y que tiene todas las papeletas para ser deficitaria a tenor de los estudios sobre afluencia de pasajeros que ya manejan.

El consejero delegado de una de las cinco mayores constructoras españolas daba por hecho recientemente en una reunión privada que “el AVE a Galicia no se va a construir. No hay dinero”. En este sentido, añadía que “es mejor que el Gobierno reconozca cuanto antes que no se va a hacer porque es peor que se saque la obra a concurso, se licite, se adjudique y después no se pueda desarrollar. Es una pérdida de tiempo y de dinero”.

Con estas manifestaciones se refería al caso de ACS y de Abertis, las dos empresas españolas que se han visto afectadas por la suspensión de la red de alta velocidad que iba a unir  Madrid con Lisboa. Tras la decisión del Gobierno de Portugal, país rescatado como lo es desde el pasado sábado el sistema financiero español, la compañía presidida por Florentino Pérez y el grupo participado por La Caixa han visto esfumarse un contrato de más de 1.150 millones. El gran problema para ambas es que ya habían comenzado la obra, lo cual les ha supuesto un alto coste para su cuenta de resultados.

“Por mucho que una obra esté contemplada en los Presupuestos, si luego no alcanza el dinero… Ya se han liquidado obras licitadas porque no se podía atender lo comprometido. Por otra parte, no es sólo un problema de la alta velocidad a Galicia. Si no se solventa el problema de la financiación en el sector, cualquier iniciativa que se plantee va a tener problemas”, insisten fuentes del sector. Y es que las fórmulas mixtas por las que el sector privado asumiría una parte de la financiación para amortizarla a lo largo de la concesión chocan con la crisis de los bancos y los problemas de acceso al crédito. El ex ministro José Blanco estimó en un 43% el porcentaje de colaboración público-privada para el AVE a Galicia. No ayudará que los datos de tráfico para la línea que maneja el sector sean poco alentadores.

“El propio Ministerio lo admite sotto voce. El tramo entre Olmedo (Valladolid) y Santiago, que tendrá un coste superior a 9.000 millones de euros, podría albergar unos dos millones de viajeros cada año. El consenso en el sector es que mil millones de inversión se rentabilizan con un millón de viajeros. Si ese escenario es correcto, se van a cuadriplicar los fondos que se pueden rentabilizar. No sé si somos tan ricos como para afrontar un desembolso semejante”, aseguran fuentes próximas al departamento de Pastor, que además inciden en los costes adicionales que implica a la alta velocidad. “Mantener un kilómetro de AVE cuesta 150.000 euros al año. No es sólo la inversión inicial, es una hipoteca. Las cuentas no salen, otra cosa es que compense políticamente”, zanjan.

Con las elecciones gallegas a la vista

En efecto, no hay duda de que la política también juega. El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, aseguraba a mediados de marzo, tras reunirse en Moncloa con Mariano Rajoy, que “será el presidente del Gobierno el que personalmente dará los plazos del AVE y concrete el compromiso del Ejecutivo con el tren de alta velocidad. A él le corresponde la última palabra”, aseguró. El calendario se esperaba para después de la presentación de los Presupuestos Generales del Estado. Como recordaba ayer La Voz de Galicia, no hay hoja de ruta tres meses después.Ni la crisis ni el rescate pueden hacer que todo lo demás caiga en el olvido”, subrayaba el rotativo. Si no media adelanto electoral, Galicia celebrará sus comicios autonómicos en marzo de 2013.

Según los datos facilitados por el Ministerio de Fomento, la línea de alta velocidad Madrid-Galicia habrá recibido 9.570 millones de euros cuando entre en circulación. Se trata de los fondos correspondientes a los tramos comprendidos entre Olmedo y Santiago. A ese montante hay que sumar los 4.072 millones invertidos para el trayecto entre Madrid y Olmedo/Medina (138 kilómetros). De acuerdo con los Presupuestos para 2012, el Estado y los diferentes entes públicos y sociedad mercantiles estatales dispondrán de 11.386,89 millones para inversiones en infraestructuras, de los que 5.107,11 se destinarán al ferrocarril. La alta velocidad y, en concreto, el Corredor Norte-Noroeste es una de las prioridades, con la mayor parte de los tramos para la línea gallega ya licitados.

El AVE ha sido tradicionalmente señalado por muchos como un exceso propio de nuevos ricos. Corría julio de 2010 y Rafael Fernández, miembro de la Comisión de Infraestructuras de CEOE, arreciaba: “Mantener un kilómetro de AVE cuesta 200.000 euros al año. Nuestros trenes hacen 1.000 kilómetros al día, mientras que el TGV francés hace 2.000. Las tasas de amortización son mucho peores. Veremos si podemos mantener ese lujo”. En esta línea, Juan Lazcano, vicepresidente de la patronal, remachaba: “Se dijo que toda ciudad estaría a menos de una hora de una estación del AVE. Y no va a ser posible. Si el AVE tiene que costar más, tendrá que costar más, pero los servicios tienen que ser autosuficientes”. La reacción se producía apenas días después de que Renfe suprimiera la línea Toledo-Albacete-Cuenca, que transportó apenas 2.800 usuarios en seis meses con un coste de 18.000 euros diarios.

El propio Ministerio divide el trazado cinco tramos: Olmedo-Zamora (106,9 kilómetros); Zamora-Lubián (139,1 kilómetros); Lubián-Ourense (101,7 kilómetros); Ourense-Santiago (87,1 kilómetros), y Santiago-A Coruña (65,1 kilómetros). Un trayecto con serias dificultades orográficas y con un objetivo final: unir Madrid y Santiago en tres horas allá por finales de 2015. El Gobierno prevé que la iniciativa sea cofinanciada por el Fondo Europeo de Desarrollo Regional (Feder) a través del Programa Operativo de Galicia (2007-2013) con una ayuda estimada de 201,2 millones de euros. Precisamente la ministra se congratulaba la semana pasada de que tramos del proyecto estén incluidos en la lista de proyectos prioritarios para recibir ayudas europeas a partir de 2014.

Es uno de los proyectos estrella del Ministerio de Fomento y de su titular, Ana Pastor. “Se financiarán todas las obras que sean necesarias”, aseguraba recientemente la ministra para sellar el compromiso del Gobierno con el AVE a Galicia, línea con parada en su Zamora natal. Sin embargo, las constructoras no las tienen todas consigo. En primer lugar, por los problemas que encuentran hoy en día para sufragar cualquier proyecto, en plena crisis del crédito. Y en segundo, porque dudan de que Hacienda conceda luz verde a una obra cuya inversión total supera los 9.500 millones de euros y que tiene todas las papeletas para ser deficitaria a tenor de los estudios sobre afluencia de pasajeros que ya manejan.

Cristóbal Montoro