La Fed mantendrá los tipos hasta mediados de 2013 y no comprará bonos

Era la cita clave de las últimas jornadas, en la que se esperaba que Bernanke hiciera un guiño al mercado y anunciase nuevas medidas para estimular la economía, pero no ha sido así. 

Como estaba previsto, el presidente de la Reserva Federal sí ha anunciado que mantendrá los tipos en mínimos (entre el 0% y el 0,25%) y lo hará hasta mediados de 2013, un dato que ha llenado de volatilidad a los mercados a última hora provocando fuertes subidas en los principales índices de la bolsa de Nueva York. El Dow Jones rebotaba un 3,9% al cierre de la sesión y tanto el S&P como el Nasdaq subían más de un 4%. Wall Street se recuperaba así del batacazo del pasado 'lunes negro'.

De esta forma, los tipos permanecen sin cambios desde diciembre de 2008, lo que supone unos dos años más de dinero 'gratis' para los agentes económicos de la primera potencia mundial. En el mes de diciembre del año 2008, el organismo que preside Ben Bernanke, instauraba por primera vez en su historia una política de 'tipos 0'.

Pero el escenario económico continúa sin estímulos latentes. La Fed no ha hecho ninguna referencia a una posible compra de bonos, tal y como preveían la mayoría de los expertos, aunque sí ha asegurado que busca promover la recuperación económica y garantizar que la inflación se mantenga en niveles coherentes.

Lento crecimiento en lo que va de año

El Comité Federal del Mercado Abierto de la Fed reconoce la ralentización de la economía de EEUU y considera que el crecimiento ha sido más lento de lo que esperaba durante el primer semestre de 2011. El organismo prevé además un ritmo de recuperación también más lento durante los próximos meses.

Respecto al mercado laboral, la institución señala que su situación se ha deteriorado en general en los últimos meses y anticipa que la tasa de desempleo descenderá 'sólo de forma gradual'. 

Según la Fed, el gasto de los hogares se ha estancado y el sector inmobiliario sigue deprimido. Factores que desalientan a la economía estadounidense y que se unen a otros factores temporales, como los elevados precios de los alimentos o la interrupción que vivió la cadena de suministro por el tsunami que asoló las costas de Japón el pasado 11 de marzo.