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Annika Falkengren o la Ana Patricia sueca
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ES LA CEO DE SEB, UNO DE LOS MAYORES BANCOS DEL PAÍS

Annika Falkengren o la Ana Patricia sueca

De lo más bajo a lo más alto. A sus 49 años, la sueca Annika Falkengren lleva en la cima del histórico SEB (Skandinaviska Enskilda Banken)

Foto: Annika Falkengren o la Ana Patricia sueca
Annika Falkengren o la Ana Patricia sueca

De lo más bajo a lo más alto. A sus 49 años, la sueca Annika Falkengren lleva en la cima del histórico SEB (Skandinaviska Enskilda Banken) desde 2006. Su puesto de CEO en uno de los mayores grupos bancarios de Suecia, con el que se embolsó 1,5 millones de euros en 2009, no es casualidad. Falkengren empezó su carrera desde el sótano de la entidad, abriéndose paso en un mundo de hombres, una trayectoria que sólo puede compararse a la de Ana Patricia Botín.

Falkengren no contó, sin embargo, con el apoyo de un padrino como Emilio Botín. Esta sueca, procedente de una familia de clase media, empezó a trabajar en SEB en 1987 como una simple trainée. Ansiosa siempre por mejorar, Falkengren pasó a dirigir el área comercial del banco, para después convertirse en jefa de inversiones institucionales para los clientes de SEB. Una vez allí, logró convertirla en una enorme fuente de ingresos para el banco: en 2001, más de la mitad de los beneficios logrados procedían de esta división.

La sueca defiende su posición con resultados. “No he heredado rentas para mi posición, ni me he beneficiado de ninguna cuota rosa, afirma Falkengren, huyendo de comparaciones con Ana Patricia Botín, a la que supera en la lista de la revista Fortune de mujeres más poderosas (la española fue décimoquinta en 2010 mientras la sueca logró el octavo puesto).

A pesar de renegar de comparaciones con la hija de Botín, a Falkengren no le ha temblado la mano a la hora de negociar con el propio Santander: el pasado mes de agosto acordó la venta de 173 filiales alemanas, país en el que el banco sueco gozaba de una alta implantación. Todo sea por huir de los problemas causados por los muchos deudores insolventes que atenazan al banco, en su mayoría procedentes de los países de la antigua Unión Soviética.

No le falta ambición a esta licenciada en Economía por la Universidad de Estocolmo, a la que personas cercanas describen como una especialista en tomar decisiones rápidas para obtener buenos resultados en tiempo récord. En 2009, gracias a su gestión de riesgos y a los recortes de gastos operados en la banca, consiguió estabilizar la situación de la SEB a pesar de la crisis económica y los problemas con los créditos en la zona báltica. En 2010, se confirmó esta tendencia gracias a la estabilización del área, con una tendencia al alza para el actual ejercicio.

La recuperación es todavía “frágil”, pero las economías nórdicas “están en buena forma”, afirma. Ahora, sus objetivos van más allá de Europa: quiere expandirse a China.

Yo, de CEO, tú, de ‘padrazo’

Poco después de dar a luz a su única hija, Falkengren no quiso renunciar a su carrera para ejercer de madre en casa. El padre de la pequeña, Ulf, compañero en la SEB, ejerció su permiso de paternidad. “O uno de los dos renuncia al trabajo, o la familia se estrella”, sentenció entonces, según cuenta el diario Lettera 43.

Y es que esta aficionada al golf y a la caza evita que la consideren un simple florero y aconseja a las mujeres en este sentido: “No os debéis dejar engatusar aceptando ascensos como jefa de personal o del área de comunicación. No sirven para nada”. Lo mejor para la sueca es arriesgar: “Escoged un sector con grandes responsabilidades, tanto para las pérdidas como para las ganancias. Si de verdad os sentís determinadas, construid una familia tarde, como yo lo he hecho. No ha sido fácil, pero estar libre hasta los 40 años me ha ayudado mucho”.

Siempre en el candelero por su condición de mujer de negocios, la sueca considera que “lo peor de ser una mujer en el mundo de las finanzas es la continua atención de los medios”. A pesar de la inestimable ayuda de su esposo, en algunas reuniones de trabajo su hija enreda bajo la mesa, entre sus pies.

De lo más bajo a lo más alto. A sus 49 años, la sueca Annika Falkengren lleva en la cima del histórico SEB (Skandinaviska Enskilda Banken) desde 2006. Su puesto de CEO en uno de los mayores grupos bancarios de Suecia, con el que se embolsó 1,5 millones de euros en 2009, no es casualidad. Falkengren empezó su carrera desde el sótano de la entidad, abriéndose paso en un mundo de hombres, una trayectoria que sólo puede compararse a la de Ana Patricia Botín.

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