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La CNMV obliga a BBVA a cambiar la publicidad de su ampliación para no confundir al inversor
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EL BANCO ACLARA DUDAS SOBRE LA RENTABILIDAD

La CNMV obliga a BBVA a cambiar la publicidad de su ampliación para no confundir al inversor

La Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) se ha puesto seria con BBVA. El organismo supervisor le ha obligado a cambiar algunos términos de la publicidad

La Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) se ha puesto seria con BBVA. El organismo supervisor le ha obligado a cambiar algunos términos de la publicidad con la que está comercializando su ampliación de capital de 5.060 millones de euros. La Comisión consideró que algunas afirmaciones eran erróneas o podían provocar confusión, en especial las que aludían al liderazgo del banco en España y a la rentabilidad.

 

BBVA ha reconocido a este diario que ha tenido que “hacer matizaciones” en los mensajes de sus anuncios en radio y televisión. En el primer caso, para no herir las sensibilidades del sus principales competidores y, en segundo, para aclarar un aspecto tan importante como que los inversores pueden ganar suscribiendo la emisión.

BBVA aseguraba en su primer anuncio en ambos medios que era el grupo bancario líder en España, pero sin especificar si se refería al ránking por depósitos, créditos, tarjetas emitidas, fondos de inversiones y planes de pensiones o por número de oficinas. Una aseveración que se consideró  incierta y que provocó el malestar de sus principales competidores, como Banco Santander o La Caixa. Porque la entidad presidida por Emilio Botín y la caja dirigida por Isidro Fainé le sacan ventaja en determinados segmentos de negocio.

Tras la advertencia de la CNMV, BBVA rectificó la publicidad de televisión y radio y la cambió por “uno de los bancos de referencia en España”, mensaje al que se añade que es el banco español con mayor presencia en Asia. Del anuncio en la pequeña pantalla también ha desaparecido la referencia a que era el grupo financiero nacional más grande de Estados Unidos.

Más enfadó provocó en el regulador la alusión del banco a la rentabilidad de los 749,6 millones de acciones que se pondrán en circulación a principios de diciembre. BBVA decía que los nuevos títulos tendrían “una rentabilidad del 6%”, sin especificar si era por dividendo, por subida en bolsa, o por un interés fijo, como un bono convertible. Es decir, que estaba asegurada. Tras la advertencia de la CNMV, la entidad ha especificado que se trata de una rentabilidad “por dividendo”, lo cual ha sido dado por bueno, aunque no ha satisfecho del todo a la Comisión. El detalle es importante, porque muchos particulares podrían confundirse con las altas remuneraciones que determinados bancos y cajas ofrecen por sus depósitos, que en ningún caso pasan del 4,75%.

Para anunciar dicho gancho BBVA se basa en los dividendos pagados a cuenta de los resultados de 2009, que fueron de 0,42 euros por acción. Y da a entender que será la misma cantidad en 2010, lo cual no se puede afirmar a tenor de las dudas que hoy despierta la remuneración futura de la banca española, castigada en bolsa por la incertidumbre de sus cuentas. BBVA sí hace esa matización en su publicidad impresa, en la que advierte que “rentabilidades pasadas no garantizan rentabilidad futuras”, pero no en radio y televisión, porque estima que el tiempo necesario para locutar las observaciones legales asciende a 14 segundos y que ello haría muy complicado atraer la atención del público.

Otros casos

 

La CNMV siempre ha sido muy puntillosa con los mensajes que se lanzan en cualquier colocación de activos dirigidos al público minorista (BBVA tiene 900.000 ahorradores particulares en su base accionarial). De hecho, en varias ocasiones ha echado atrás campañas por considerar que lo que se anunciaba no se ajustaba a la realidad. Así sucedió en las salidas a bolsa de Criteria, de Sol Meliá, de Ferrovial o de Iberdrola Renovables.

Más recientemente, la Comisión, escaldada por los casos de los fondos inmobiliarios, hizo varias advertencias públicas sobre las emisiones de acciones preferentes de varios bancos y empresas cotizadas, indicando que los que las suscribirían serían los últimos en cobrar en caso de quiebra y que no percibirían su remuneración si la compañía entraba en pérdidas.

Más rigurosa fue con los pagarés de Nueva Rumasa, hasta el punto que emitió varios comunicados explicando los riesgos de esos productos de alta rentabilidad. Curiosamente, el grupo de alimentación si advierte en sus anuncios en televisión de que sus títulos no cotizan en mercados regulados.

La Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) se ha puesto seria con BBVA. El organismo supervisor le ha obligado a cambiar algunos términos de la publicidad con la que está comercializando su ampliación de capital de 5.060 millones de euros. La Comisión consideró que algunas afirmaciones eran erróneas o podían provocar confusión, en especial las que aludían al liderazgo del banco en España y a la rentabilidad.

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