Es noticia
“Empecé trayendo 'cacharros' de China; ahora tengo 320 empleados fabricando allí”
  1. Economía

“Empecé trayendo 'cacharros' de China; ahora tengo 320 empleados fabricando allí”

David Ruiz de Andrés es un empresario de 37 años. Economista y abogado de profesión, trabajaba en el sector bancario, aunque siempre había querido ser empresario. Hace once

Foto: “Empecé trayendo 'cacharros' de China; ahora tengo 320 empleados fabricando allí”
“Empecé trayendo 'cacharros' de China; ahora tengo 320 empleados fabricando allí”

David Ruiz de Andrés es un empresario de 37 años. Economista y abogado de profesión, trabajaba en el sector bancario, aunque siempre había querido ser empresario. Hace once años lo dejó todo y decidió montar una compañía de artículos publicitarios. Invirtió en ella todo su dinero -15 millones de las antiguas pesetas-, y gracias a su experiencia en el sector, donde había trabajado antes, y varios contactos empezó a abrirse camino: "Cuando montas un negocio de este tipo, la gente te lo pone muy negro. Te dicen que hay mucha competencia, que estás loco porque están trayendo 'cacharros' de China y que no vas a conseguir abrirte paso... Recibes muchos comentarios negativos a la hora de emprender, pero lo importante es no dejarse influir y tirar para adelante. Y así fundé Marp".

Su primer paso fue fichar a dos personas que conocían el sector y que fueron un imán para algunos clientes: "La primera empresa con la que trabajamos fue Altadis. Fue una auténtica suerte. Sin apenas saberlo, habíamos dado nuestro primer paso a la internacionalización ya que la tabacalera era hispano-francesa. A partir de ahí llegaron años de mucho trabajo y esfuerzo. Hoy tenemos una cartera de 50 cuentas y 100 clientes, la mayoría de ellos grandes multinacionales”.

Para hacer frente a un mercado tan competitivo y con unos márgenes de beneficio tan pequeños, en el año 2003 optaron por abrir una fábrica en China para conseguir abaratar costes y acelerar los envíos: "Las multinacionales nos exigen plazos de entrega muy cortos. Normalmente una campaña de márketing se pone en marcha 60 días después de que nosotros recibamos el pedido y con empresas como Coca-Cola o Google no puedes fallar. Anteriormente hacíamos pedidos directamente a China, Bangladesh, India, Vietnam o Marruecos, pero tuvimos que montar nuestra propia fábrica para acortar tiempos y porque nuestro volumen era ya muy elevado. Y así aterrizamos en China. Actualmente contamos con una plantilla de unas 320 personas en el gigante asiático y fabricamos productos para otros sectores, además del publicitario".

Para ellos, tener una fábrica propia supone algo grande y un elemento diferenciador respecto a la competencia. Aún así advierte de que China no es un lugar sencillo donde poder establecerse: "El mercado chino es más complicado de lo que parece. Dentro de China hay muchas 'chinas' y en algunas provincias te encuentras con el problema de la escasez de mano de obra. Además, con el nuevo año chino se produce una gran rotación, ya que muchos trabajadores que tienes en plantilla y que vienen de provincias del interior, optan por no volver. Cada vez es más difícil encontrar allí a gente con talento. Aún así, todavía tienen una mano de obra a precios muy competitivos".

"Nunca pensé que iba a ganar tanto dinero"

En los últimos años Marp se ha consolidado como la principal empresa española del sector y se encuentra entre las tres más importantes de Europa. Fabrica objetos publicitarios para empresas como Coca-Cola, Google, Microsoft, Movistar o Heineken, y tiene oficinas en Atenas, Fráncfort, Lisboa y Varsovia. Anualmente fabrica unos 20 millones de productos y factura 30 millones de euros anuales: "Es increíble que una idea emprendedora como ésta pueda llegar tan lejos. Yo siempre he querido ser empresario, pero jamás pensé que iba a ganar tanto dinero. Pese a todo, mi principal motivación no es la económica, sino ver cómo una idea crece”.

Como emprendedor, asegura que en sus inicios cometió muchos errores, especialmente por la edad, aunque lo importante es ser perseverante: "Antes de montar Marp había lanzado una empresa desarrolladora de software y otra de importación de muebles que no terminaron de ir bien. Lo importante es intentarlo y si la idea no funciona no hay que verla como un fracaso, sino como una oportunidad para volverlo a intentar".

Además, lamenta que hoy en día existan tantos problemas de financiación para las empresas que están empezando y que haya tan poco apoyo social y familiar: "Lo más importante para el crecimiento de una empresa es capitalizar el proyecto, pero en España hay muchas dificultades y apenas existe capital semilla, por lo que el emprendedor tiene que recurrir a los ahorros familiares. Esperemos que esto cambie".

Más en la sección de emprendedores de Cotizalia.

David Ruiz de Andrés es un empresario de 37 años. Economista y abogado de profesión, trabajaba en el sector bancario, aunque siempre había querido ser empresario. Hace once años lo dejó todo y decidió montar una compañía de artículos publicitarios. Invirtió en ella todo su dinero -15 millones de las antiguas pesetas-, y gracias a su experiencia en el sector, donde había trabajado antes, y varios contactos empezó a abrirse camino: "Cuando montas un negocio de este tipo, la gente te lo pone muy negro. Te dicen que hay mucha competencia, que estás loco porque están trayendo 'cacharros' de China y que no vas a conseguir abrirte paso... Recibes muchos comentarios negativos a la hora de emprender, pero lo importante es no dejarse influir y tirar para adelante. Y así fundé Marp".