La Xunta da cinco días al Gayoso para que se olvide de su blindaje

Cinco días tienen los consejos de administración de Caixa Galicia y Caixanova para rubricar una fusión que tiene todas las bendiciones oficiales. Las dos entidades han convocado sus órganos de gobierno para el próximo martes, día 11, fecha en la que Julio Fernández Gayoso, presidente de la entidad viguesa, debería haber renunciado a la petición de blindaje de nueve años.

Fuentes próximas a las conversaciones aseguran que el acuerdo está fraguado en un 90%, pero que la pretensión de Gayoso de continuar durante cinco años más al frente del nuevo grupo, más otras dos prórrogas de dos años adicionales, es el principal escollo. Caixa Galicia y la Xunta estaban dispuestos a ofrecerles dos años de presidencia transitoria, un periodo que se podría a ampliar ahora a tres.

 

No obstante, esos tres años serían compartidos, es decir, que Gayoso sería presidente durante 18 meses y el hombre designado por la caja coruñesa ocuparía el cargo la otra mitad del tiempo. Otras fuentes apuntan que Gayoso, que se ha cerrado en banda y que incluso ha amenazado con romper las conversaciones de fusión, se ha encontrado con fisuras en su propio consejo de administración, algunos de cuyos miembros le han pedido que cedan en sus exigencias.

“Gayoso ha echado un órdago y puede salirle muy caro. Si no acepta los tres años de periodo transitorio, la Xunta puede aplicar la ley de cajas a rajatabla y mandarlo a casa porque el límite de edad para ser presidente está en los 70 años” añade una fuente conocedora de las negociaciones.  El presidente de Caixanova, la entidad que más sana está de las dos que se fusionarán, tiene 79 años, por lo que de ser aceptada su reivindicación de nueve años de prórroga estaría al frente del nuevo grupo hasta los 88 años.

“Todo el mundo está de acuerdo. Hasta los más díscolos, como Paco Vázquez o Abel Caballero –ambos del PSOE- han dado su visto bueno y  han optado por el silencio”, agrega otra fuente. Llama la atención la retirada de Caballero, alcalde de Vigo, que el pasado 30 de marzo, cuando se anunció el primer pacto entre las dos cajas, dijo que el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, "cedió absolutamente en todo" lo que reclamaba Caixanova, al tiempo que advirtió de que estará "vigilante".

El regidor socialista afirmó que Feijóo estuvo "de acuerdo" en que la sede estaría en Vigo, que esta fusión sería un "proceso de absorción" de Caixanova a Caixa Galicia, donde el presidente de la entidad resultante sería Julio Fernández Gayoso -el actual de Caixanova; el director general también seguiría siendo el de la caja viguesa, José Luis Pego, el equipo sería "el de Caixanova y uno de Caixa Galicia" y el Consejo de Administración sería "mayoritariamente" el de la entidad olívica.

Casi nada de eso va a ocurrir. La fusión, tal y como anunció el martes por la noche la Xunta, será parietaria. La nueva caja tendrá dos sedes operativas, una en La Coruña y otra en Vigo. El director general si será José Luís Pego, pero a su lado estará posiblemente Javier García Paredes, el subdirector general de Caixa Galicia. El Banco de España ha dado ya el visto bueno a esta estructura y a la ayuda de 1.162 millones de euros procedentes del Fondo de Reordenación Ordenada Bancaria (FROB) para sacar adelante la integración.