UBS prescinde de su consejera delegada de banca privada, Mónica Garay

UBS ha prescindido de su consejera delegada de banca privada en España, Mónica Garay, que abandonó la entidad el viernes pasado, según fuentes de toda solvencia. Garay ha comunicado oficialmente que abandona voluntariamente el cargo por razones personales, pero las fuentes consultadas aseguran que ha sido destituida una vez que ha conseguido que este negocio vuelva a la rentabilidad en España. Unas semanas antes también salió de UBS el responsable del área de grandes patrimonios, conocida como key clients, Santiago García de Juana.

Con esta salida se pone fin a la bicefalia que regía la banca privada de UBS desde el regreso de Pablo Díaz Mejías de Suiza hace un año para ocupar el cargo de presidente en España. Con estas salidas, Díaz Mejías asumirá todo el poder: las funciones ejecutivas de la hasta ahora consejera delegada así como la dirección de key clients en tanto se busca un sustituto para García de Juana. Un portavoz de UBS declinó hacer comentarios sobre esta información.

La salida de Garay se daba por hecha en la entidad desde que tomó posesión Javier Salaverri como country manager de UBS en enero, con responsabilidad tanto sobre banca privada como sobre banca de inversión. En la nota de prensa de su nombramiento, se decía que iba a trabajar conjuntamente con Díaz Mejías, pero no se mencionaba en ninguna parte a Garay.

Otras fuentes explican que el nuevo country manager llegó a un acuerdo con Garay para que permaneciera en el banco mientras completaba la reestructuración de la banca privada en España y trataba de devolver este negocio a los números negros. Una vez cumplida esta tarea, el pacto ha llegado a su fin y la consejera delegada abandona la entidad.

Garay, proveniente de Banif (grupo Santander) fue fichada por UBS cuando el negocio de banca privada comenzó su explosivo crecimiento en España al calor del boom del ladrillo y de las subidas de la bolsa. En esos tiempos, el banco implantó un modelo alejado de la banca privada suiza tradicional de patrimonios muy altos y buscó clientes de perfil más bajo, lo que se conoce como affluent, para lo cual abrió siete oficinas repartidas por la geiografía española y amplió el equipo exponencialmente.

Cuando llegó la crisis, esta estructura se demostró insostenible y la unidad entró en pérdidas, agravadas por el fracaso de una de las ideas estrella de Garay: la unidad VAR, que ofrecía productos de rentabilidad absoluta independientemente de la marcha de los mercados pero que no fueron capaces de evitar las pérdidas en la debacle financiera de 2008-2009. Debacle que también estuvo a punto de llevar a la quiebra a la propia matriz de UBS en Suiza.

Estos reveses provocaron la salida de numerosos ejecutivos y gestores de UBS, empezando por su director general, Miguel Irisarri, que fue sustituido por Garay (hasta entonces directora comercial). Para detener esta espiral, el cuartel general en Suiza dispuso el regreso de Díaz Mejías a España después de llevar todo el negocio ibérico onshore (gestionado en nuestro país) y offshore (cuentas en Suiza) desde Zurich, y puso en marcha una dura reestructuración que ha supuesto el cierre de la oficina de Marbella y el despido de una tercera parte de la plantilla en nuestro país.

Después de este ajuste, Díaz Mejías pretende encauzar de nuevo a UBS hacia la gestión de grandes patrimonios, una directriz corporativa que este martes destacará el banco en la presentación de sus resultados mundiales, según las fuentes consultadas. Eso explicaría también la salida de García de Juana, ya que dejará las manos libres al presidente en España para llevar a cabo este giro estratégico.