Los nuevos gestores de Aldesa se estrenan con importantes contratos públicos

El fundador del grupo Aldesa, Antonio Fernández Rubio, dejó el pasado mes de diciembre la presidencia ejecutiva de la matriz Aldesa Construcciones en beneficio de Miguel Torres Paredes, anteriormente director general del negocio, que también asume el cargo de consejero delegado. El vicepresidente, José Luis Naviera, también dejó el puesto. Anteriormente se había producido un relevante cambio directivo con la salida del grupo del director financiero, Gonzalo Gómez Navarro, y su sustitución por Carlos Blanc García Valcárcel, que ha jugado un papel notable en la diversificación del grupo en el área de concesiones.

 

La empresa ha justificado estos cambios como un nuevo paso en la profesionalización de los órganos de administración del grupo, bajo el control accionarial casi absoluto de Antonio Fernández Rubio y sus hijos, la familia Fernández Ruiz, con tres miembros en puestos directivos relevantes en la compañía. 

Torres Paredes se ha estrenado con éxito al conseguir Aldesa dos suculentos contratos públicos en la pedrea de fin de año de las adjudicaciones del ministerio de Fomento. La cartera de José Blanco no quiere sorpresas, y en las últimas adjudicaciones de los organismos más relevantes, como Adif y la Sociedad Estatal de Infraestructuras, ha premiado la solvencia de las constructoras no cotizadas, dando por hecho que ya lo son las que están en Bolsa. De esta forma, la que ahora encabeza Torres se ha hecho con dos obras, con pujas no temerarias (descuentos del 12-13% sobre el presupuesto oficial), por valor de 108 millones, en UTE al 50% con Copasa, y otra de Adif, en solitario, de 58 millones.

Sorteando la crisis

Aldesa está sorteando la crisis aceptablemente, al no haber participado en la orgía inmobiliaria, aunque ha debido provisionar casi 30 millones por las quiebras de Martinsa, Urazka y Llanera, entre otras promotoras a las que construyó vivienda y no cobró. Con apenas apalancamiento, los fondos propios, de 140 millones igualan al pasivo financiero (sin contar los proyect finance de las concesiones). La compañía no ha querido adelantar el resultado del pasado ejercicio, que dependerá en buena medida del grado de saneamiento del activo que quiera acometer. En 2008 se apuntó un beneficio de 25 millones, para una facturación de 1.150 millones.

Otras constructoras medianas englobadas en la patronal Anci quieren ganarse también la confianza de Fomento. El caso más representativo es el de Assignia, nuevo nombre de Hispánica, que tras ver manchada su imagen irreversiblemente por el caso Gürtel, fue adquirida por el grupo asturiano Essentium a su propietario Alfonso García-Pozuelo. Los problemas para finalizar contratos a tiempo de algunas compañías de este segmento han requerido la ayuda de Fomento mediante la aceptación de gravosos modificados y el perdón de penalizaciones, algo que se quiere evitar.

Las constructoras que cotizan en Bolsa siguen siendo en cualquier caso las beneficiarias de los mejores contratos concedidos en el mes de diciembre. Acciona se apuntó uno de 118 millones,  OHL, de Villar Mir, se anotó otra de 78 millones, ambas en UTE, mientras que Vías, de Florentino Pérez, conseguía en solitario, una obra de 51 millones en Levante, lejos en cualquier caso, del premio gordo, adjudicado a Sacyr por Adif, cifrado en 134 millones (con IVA). Ferrovial apenas consigue un reintegro en el sorteo navideño de obra pública, con 16 millones para hacer unos muelles en Escombreras, y además acompañado, mientras que FCC sólo ha conseguido un aguinaldo de Gallardón de 8 millones por la construcción del edificio central de Matadero.