¿Ha sobrepasado el límite este Dakar? "Se les ha ido la mano"
La muerte de Palante y de los dos periodistas que cubrían el Dakar recordaron al espectador la crudeza de la que dicen es la prueba más extrema del mundo
La muerte de Eric Palante y de los dos periodistas que cubrían el Dakar recordaron al espectador la crudeza de la que dicen es la prueba más extrema del mundo. Este año especialmente porque, además de la tragedia mencionada, los numerosos abandonos aumentan el valor de aquellos que aún siguen llenando el depósito de su vehículo cada día para iniciar la jornada siguiente. En las seis primeras etapas abandonaron 191, el 43% de los inscritos (de la última etapa, la séptima que ganó Sainz y Barreda, no hay datos). Unas cifras que recuerdan a la dureza del Dakar auténtico, el de África. "Se les ha ido la mano", comenta Joan Barreda... Nani Roma no opina así.
"La gente se queja porque se ha olvidado de los Dakar duros. Llevábamos unos rallys que nos tenían muy bien acostumbrados", comentó a Efe el experto Nani Roma, actual líder en coches que cuenta con 19 participaciones a sus espaldas. "Mucha gente no los ha corrido y había hecho estos dos últimos, que eran más fáciles. Un Dakar es un Dakar, por eso es una carrera tan mítica que todos quieren correr", añade el español.
El mundo del motorsport quizás haya sido uno de los que más ha evolucionado debido a su nacimiento ligado con la tecnología. Cuanto más avanza la automoción y los elementos que le rodean, más lo hacen pruebas como el Dakar. Un atleta, más allá de su entrenamiento, alimentación y vestimenta (sobre todo zapatillas), no puede diferenciarse mucho con sus homólogos de hace décadas. En motorsport, además de los avances mencionados, también cuenta con los del vehículo. En este caso la lista tiende a infinito empezando desde neumáticos, suspensiones o transmisión, y acabando con lo que ahora consideramos un ‘simple’ GPS… Pero precisamente la prohibición de este último sistema permite conservar la esencia y el riesgo de un rally como el Dakar. Al menos en parte.
El papel y el boli de siempre
El roadbook sigue siendo el mismo (quizás haya evolucionado el papel o la máquina con la que se imprimieron las notas). Este libro es una guía con apuntes sobre la ruta a seguir anticipándose a los peligros del camino. Eso sí, cuentan con un navegador que les indica las coordenadas y da pistas de su situación. Y en caso de peligro, los participantes pueden convertir ese navegador en GPS, recibiendo una severa penalización desde la organización.
Y es que el Dakar nació así, tras un mal trago. Gracias a que el francés Thierry Sabine estuvo perdido en 1978 durante dos días por el desierto de Teneré, en Níger. Tuvo una idea y al año siguiente regresó al desierto, a una escena similar, pero ya compitiendo en una prueba que él mismo organizó… y la llamó París-Dakar.
"Se les ha ido la mano". Joan Barreda, quien llegó a ser líder en motos, aseguró este fin de semana a Efe, de una manera contundente, que los organizadores de la prueba se habían pasado este año. "Llegamos todos los días a las 4 o las 5 de la tarde y salimos a las 4 de la mañana. Son muchísimas horas encima la moto. Al final, son varias cosas en conjunto que lo hacen más duro". A esta extenuación no sólo se somete el hombre, también la máquina, algo que se refleja en el número de bajas.
La noche de Rosa bajo las estrellas
La primera historia épica en la actual edición la escribió Rosa Romero, la mujer de Nani Roma, que durmió a la intemperie una noche esperando los primeros rayos del sol para realizar una ruta por la que, sin luz, ya se habían registrado algunos accidentes.
Dakar ‘viajó’ de Senegal hasta Latinoamérica en 2009 y de las seis ediciones en dichas tierras, la de 2014 está siendo, sin duda, la más dura. Evoca a tiempos pasados en África… aunque en este terreno hay que sumar un calor sofocante y extremo que no sufrían ni en las dunas de Mauritania o la humedad de Senegal. "No esperábamos que fuera tan duro, pero con la meteorología se complicó la cosa", reconoce el director deportivo del Dakar, David Castera.
"Cuando estás casi a 50 grados cualquier cosa pequeña que te suceda adquiere gravedad", indica Marc Coma, el líder en motos. "En África nunca llegamos a 50 grados. Cuando metes a gente en moto en las dunas a esa temperatura es muy duro. La gente no puede. Nosotros nos plantamos ahí en la quinta etapa y nos ahogábamos dentro del coche", relata por su parte Roma.
Pilotos deshidratados y sin sentido
Hay algunas etapas que se han convertido en verdaderas escabechinas. La tercera, entre San Rafael y San Juan, provocó el abandono de 28 automóviles y 21 motos. Y la quinta, entre Chilecito y Tucumán, tuvo 31 bajas en motos (incluyendo la desgraciada de Eric Palante) y 13 coches. Varias motos ardieron en llamas en medio del desierto, pilotos perdían el sentido producto de la deshidratación y las motos y coches se cruzaban en todas direcciones buscando puntos de control que no aparecían por ningún lado.
ASO, la empresa que organiza la prueba avisó hace meses que este 2014 tocaba ajustar las tuercas tras dos últimos rallys relativamente sencillos, si es que se puede hablar así, y los participantes están comprobando que esa advertencia no iba en broma. Ahora toca la segunda mitad del rally, con la visita a Bolivia y el paso a Chile y el desierto de Atacama... como decía Roma, "un Dakar es un Dakar", en África o Sudamérica.
PD: A continuación, en El Confidencial rescatamos un vídeo en el que se ve al piloto español Enric Martí (en la quinta etapa) delirando debido a la deshidratación en pleno desierto. Afortunadamente fue rescatado por otro piloto compatriota, Gerrard Farrés (también abandonó) gracias a los gritos que Martí estaba dando mientras caminaba en ropa interior. Pronto fue hidratado y llevado a una sombra hasta que fue rescatado por un helicóptero de la organización para trasladarle al hospital de Tucumán. Historias como estas escriben la dureza del Dakar.
La muerte de Eric Palante y de los dos periodistas que cubrían el Dakar recordaron al espectador la crudeza de la que dicen es la prueba más extrema del mundo. Este año especialmente porque, además de la tragedia mencionada, los numerosos abandonos aumentan el valor de aquellos que aún siguen llenando el depósito de su vehículo cada día para iniciar la jornada siguiente. En las seis primeras etapas abandonaron 191, el 43% de los inscritos (de la última etapa, la séptima que ganó Sainz y Barreda, no hay datos). Unas cifras que recuerdan a la dureza del Dakar auténtico, el de África. "Se les ha ido la mano", comenta Joan Barreda... Nani Roma no opina así.
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