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Ciudad del Cabo, kilómetros de playas y de favelas
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LA LOCALIDAD MÁS TURÍSTICA DE TODA SUDÁFRICA

Ciudad del Cabo, kilómetros de playas y de favelas

"Me gustaría venir a Ciudad del Cabo par hacer windsurfing", dijo Víctor Valdés a El Confidencial cuando se le preguntaba si vendría a Sudáfrica de vacaciones.

Foto: Ciudad del Cabo, kilómetros de playas y de favelas
Ciudad del Cabo, kilómetros de playas y de favelas

"Me gustaría venir a Ciudad del Cabo par hacer windsurfing", dijo Víctor Valdés a El Confidencial cuando se le preguntaba si vendría a Sudáfrica de vacaciones. Hasta aquí ha llegado el portero azulgrana, pero lo ha hecho con la idea de ganarse una plaza entre las ocho mejores selecciones del mundo. Razón no le falta al jugador del Barcelona porque si hay algo por lo que destaca Cape Town, ese es su nombre original, es por los kilómetros de playa y por el viento, lo que la ha convertido en uno de los puntos de encuentro de todos los surferos del mundo.
 
No sólo de playa vive la ciudad sudafricana. Una multitud de montañas rodean a una que fue citada por primera vez en 1486 por el navegante portugués Bartolomé Díaz. Un año más tarde Vasco de Gama avistó el Cabo de Buena Esperanza, pero no fue hasta 1652 cuando Europa tomó Ciudad del Cabo y fue como centro de operaciones de la marina holandesa. Buscaban un punto de abastecimiento y el marino Jan van Riebeeck lo encontró aquí, una zona prácticamente despoblada.

Holanda buscó un punto de paso de sus barcos hacia las colonias orientales que tenía, de ahí el mestizaje que hay en esta ciudad sudafricana. Lo curioso es que un siglo más tarde la ciudad pasó a manos británicas, lo que justifica el saber inglés de muchos rincones de la actual Ciudad del Cabo.
 
Como buena ciudad sudafricana que se precie, el 'Apartheid' también tiene su protagonismo en la segunda ciudad en población (tres millones de habitantes) y en la que está radicado el parlamento. Aquí, en la prisión de Robben Island, se puede ver desde algunas de sus playas, estuvo preso Nelson Mandela durante 18 años de su vida. Ahora la prisión se ha convertido en museo y la celda del premio Nobel de la Paz en algo más que en un punto de obligada visita.

En la citada cárcel se produjo una revuelta muy curiosa de los presos acerca de su voluntad de querer jugar al fútbol y la prohibición que tenían de hacerlo. Las constantes peticiones llevó al alcaide a dejar sin comer dos días a todo aquel que lo pidiera. Poco importó el castigo y más la insistencia e inteligencia de unos presos que terminaron jugando al fútbol con Mandela de testigo, aunque su deporte favorito siempre fue el rugby.
 
Si hay una ciudad turística en Sudáfrica es Ciudad del Cabo. Hasta los años 90 prácticamente era un coto privado de la raza blanca. Con el fin del 'Apartheid', la población negra llegó a la ciudad, pero al hacerlo de forma masiva se fueron creando decenas de barrios marginales, que los gobernantes se empeñan en mantener alejados de las zonas de playa y cierto lujo de la ciudad.

Nada más salir del aeropuerto se puede comprobar cómo viven hacinados miles y miles de personas, todas ellas de color, en chamizos en los que seguir con vida es todo un milagro. Eso sí, kilómetros después, todo cambia y el panorama es otro, aunque al caer la noche muchas de esas personas que apenas tienen para vivir toman algunas de las zonas turísticas en busca de la ayuda que les posibilite algo de comida. Ya saben, el contraste de toda Sudáfrica.

"Me gustaría venir a Ciudad del Cabo par hacer windsurfing", dijo Víctor Valdés a El Confidencial cuando se le preguntaba si vendría a Sudáfrica de vacaciones. Hasta aquí ha llegado el portero azulgrana, pero lo ha hecho con la idea de ganarse una plaza entre las ocho mejores selecciones del mundo. Razón no le falta al jugador del Barcelona porque si hay algo por lo que destaca Cape Town, ese es su nombre original, es por los kilómetros de playa y por el viento, lo que la ha convertido en uno de los puntos de encuentro de todos los surferos del mundo.
 
No sólo de playa vive la ciudad sudafricana. Una multitud de montañas rodean a una que fue citada por primera vez en 1486 por el navegante portugués Bartolomé Díaz. Un año más tarde Vasco de Gama avistó el Cabo de Buena Esperanza, pero no fue hasta 1652 cuando Europa tomó Ciudad del Cabo y fue como centro de operaciones de la marina holandesa. Buscaban un punto de abastecimiento y el marino Jan van Riebeeck lo encontró aquí, una zona prácticamente despoblada.

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