CR7 culminó su gran noche visitando el vestuario del Celta para interesarse por Hugo Mallo

El futbolista más desequilibrante del Real Madrid no sólo ejerce su liderazgo dentro del campo, sino también fuera de él. Ayer, a la conclusión del partido de Copa del Rey ante el Celta de Vigo y tras anotar tres de los cuatro goles de su equipo, Cristiano Ronaldo acudió al vestuario del conjunto vigués para preocuparse por el estado de salud del defensa celtiña Hugo Mallo. El canterano gallego tuvo que ser retirado en camilla poco antes del descanso tras producirse una lesión en su rodilla izquierda. A falta de las exploraciones pertinentes y por los ostensibles gestos de dolor del futbolista (se retiró incluso llorando), el percance parece serio, aunque ojalá que las pruebas médicas que le serán practicadas en el día de hoy apunten todo lo contrario.

Cristiano, con un nuevo balón para sus vitrinas tras otro ‘hat trick’, quiso conocer de primera mano el estado de salud del jugador, y es que el propio delantero portugués estaba junto a Mallo en la desgraciada jugada de la lesión. “Cristiano ha pasado al vestuario a interesarse por Hugo y hay que decirlo porque dice mucho en su favor”, manifestaba Paco Herrera, técnico del Celta.

Si bien es cierto que en otras ocasiones ha tenido gestos provocativos o poco favorecedores para su imagen, de un tiempo a esta parte el máximo goleador del conjunto blanco ha moderado mucho su comportamiento tanto dentro como fuera del campo, y gestos como éste lo corroboran. Es mucho más solidario sobre el terreno de juego y controla mucho ese carácter temperamental, que por otro lado le ha llevado a ser uno de los mejores jugadores del planeta.

Lo de anoche en el Bernabéu humaniza la figura de un futbolista, del que todos sus compañeros hablan maravillas, ya sea en Lisboa, Manchester o Madrid, y al que en ocasiones sólo un mal asesoramiento y su mala cabeza han llevado a ganarse enemigos innecesarios. El nuevo Cristiano se ha ganado al Bernabéu, si es que no lo había hecho antes, y empieza, con gestos como éste, a ganarse incluso a sus ‘enemigos’ deportivos.