El Atlético se abre a sus aficionados y el Real Madrid se hermetiza para el derbi

La decisión del ‘Cholo’ Simeone de abrir las puertas del Vicente Calderón para que los aficionados puedan presenciar este sábado el último entrenamiento de su equipo previo al derbi del Santiago Bernabéu ejemplifica la forma en que afrontan el partido uno y otro equipo. Mientras la entidad colchonera acerca el equipo a sus aficionados y ha concedido durante toda la semana entrevistas con los protagonistas a los diferentes medios de comunicación, el Real Madrid se ha convertido en un auténtico búnker. Incluso la propia televisión del club no tuvo acceso en la jornada del jueves al entrenamiento del equipo.

Y no es nada nuevo. Desde que José Mourinho aterrizara en el club, los jugadores han dejado de dar ruedas de prensa (sólo hablan en zonas mixtas y actos publicitarios) y es él, o Aitor Karanka, quienes monopolizan el protagonismo mediático. El portugués ha instaurado una nueva política de comunicación, que el club sigue a rajatabla y que no varía ni siquiera en los partidos cumbre de la temporada. En la semana del derbi madrileño, Iker Casillas, Xabi Alonso y Arbeloa han realizado manifestaciones públicas, pero todas ellas, claro está, en diferentes actos para sponsors del club.

También es cierto que esa intención de Simeone de involucrar a su gente en el derbi desde primera hora del día es algo que Mourinho ha llevado a cabo en anteriores ocasiones, una de ellas la Supercopa de 2011 frente al Barcelona. Las aficiones acuden en masa a iniciativas de este calibre. Y es que el fútbol de altísimo nivel hace tiempo que ‘secuestró’ a sus equipos, al menos en lo que hace referencia a los ‘top’ que diría Mou. Los aficionados quedan muy lejos de sus ídolos, cada vez más, por lo que oportunidades de este calibre son aprovechadas al máximo. El citado entrenamiento del Real Madrid previo a la Supercopa reunió en el Santiago Bernabéu a más de 50.000 aficionados. Veremos cuántos acuden este sábado al Calderón.

Aperturista o cerrada. Dos alternativas para un mismo fin, ganar el derbi. Los colchoneros, quizá envueltos en la euforia que da su posición en la tabla e ilusionados por ganar un derbi 13 años después, han optado por la primera. El Madrid, quien sabe si también condicionado por su último resultado ante el Betis, ha decidido aislar a la plantilla y preparar en privado un encuentro que puede determinar su futuro en la competición doméstica.

Lleno en el Bernabéu

Sea como fuere, el caso es que todo esto quedará en un segundo plano en el momento en el que Undiano Mallenco decrete el inicio del encuentro. Tres puntos en juego, que no nueve como apuntó irónicamente Simeone, que pueden servir para que el Atlético de Madrid siga confirmando su alternativa al título de Liga, en persecución de un Barça imparable, y para que el Real Madrid se descuelgue definitivamente o para que los blancos sigan enganchados al campeonato a costa de bajar de la nube a su vecino capitalino.

Lo único seguro es que el Santiago Bernabéu va a registrar un lleno absoluto. Ni la crisis económica actual, ni el precio de las entradas (entre 85 y 200 euros), ni siquiera el frío que asola a la capital de España en los últimos días (se prevén unos 3 grados a la hora del partido) van a retraer a los aficionados merengues, que ven en este partido una última oportunidad para los suyos. Por su parte, el Atlético de Madrid ha solicitado un número reducido número de entradas para un duelo declarado de alto riesgo por la Comisión Antiviolencia.