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Ni los compromisos internacionales ni la paternidad impiden a Messi dar otra exhibición
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EL ARGENTINO VOLVIÓ A SER DECISIVO EN UN VIBRANTE ENCUENTRO

Ni los compromisos internacionales ni la paternidad impiden a Messi dar otra exhibición

Messi volvió a demostrar en un vibrante encuentro por qué es el mejor jugador del mundo. El argentino  logró un nuevo hat- trick que le coloca

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Ni los compromisos internacionales ni la paternidad impiden a Messi dar otra exhibición

Messi volvió a demostrar en un vibrante encuentro por qué es el mejor jugador del mundo. El argentino  logró un nuevo hat- trick que le coloca como máximo goleador del campeonato a expensas de lo que haga Radamel Falcao en su partido frente a la Real Sociedad. Ni el cansancio ni su inminente paternidad fueron excusa para que Leo volviera a su cita con el gol. Messi no entiende de partidos importantes. En cada encuentro sigue demostrando que sólo hay uno como él. Nadie puede hacerle sombra.

Frente al Deportivo de la Coruña, el argentino volvió a acudir al rescate de los suyos cuando más complicado tuvo el partido el FC Barcelona. Sus apariciones sirvieron para dar aire a un Barcelona que tras la rigurosa expulsión de Mascherano pasó serios apuros. Toda la semana se había especulado con la ausencia de Leo en el once titular del Barcelona. Los compromisos internacionales y la incertidumbre acerca de cuándo sería padre podían invitar a pensar que su ausencia estuviera justificada. Pero Messi es de otra pasta. Vive por y para el fútbol.

El impacto de cualquier jugador no se mide sólo por los números, datos muy fríos en un deporte tan pasional como el fútbol. La repercusión de todo futbolista se gradúa a partir de sus apariciones. Leo Messi es el mejor del mundo no sólo porque anote cifras astrónomicas de goles temporada tras temporada, sino porque los anota en los momentos precisos.  Sus mejores minutos en Riazor vinieron en los momentos críticos del conjunto de Tito Vilanova. Cuando el partido se aceleraba, el argentino puso la pausa. Su excelente partido no impidió que los culés acabaran pidiendo la hora gracias al ímpetu de un Deportivo competitivo hasta la extenuación.Su influencia en el juego sigue siendo su principal virtud. No sólo golea. El rosarino da sentido al juego de ataque de uno de los mejores equipos de la historia. Los Xavi, Iniesta y Fábregas le hacen bueno, pero él logra que este FC Barcelona, antes de Guardiola y ahora de Vilanova, esté ya entre los cinco mejores conjuntos de la historia. 

La lectura que hace del juego sigue siendo excepcional para un atacante.En muchas ocasiones uno desconoce de qué juega realmente el ‘10’ azulgrana. Es volante cuando su equipo tiene dificultades en la zona de creación, extremo cuando  se necesita abrir el campo y delantero centro cuando se precisa de una referencia. Su gran competitividad sigue siendo el principal activo de la estrella azulgrana. No es el mejor sólo porque fulmine récords impensables, sino porque siempre aparece cuando debe aparecer una estrella. Es así como se forman los mitos. Messi, con tan sólo veinticinco años, va camino de ser el más grande de todos los tiempos. Actuaciones como la de hoy así lo refrendan.

 

Messi volvió a demostrar en un vibrante encuentro por qué es el mejor jugador del mundo. El argentino  logró un nuevo hat- trick que le coloca como máximo goleador del campeonato a expensas de lo que haga Radamel Falcao en su partido frente a la Real Sociedad. Ni el cansancio ni su inminente paternidad fueron excusa para que Leo volviera a su cita con el gol. Messi no entiende de partidos importantes. En cada encuentro sigue demostrando que sólo hay uno como él. Nadie puede hacerle sombra.