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Fernando Torres eleva su agresividad en el césped para convencer a Mourinho
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"ES EL JUGADOR QUE QUIERO VER" DIJO EL LUSO

Fernando Torres eleva su agresividad en el césped para convencer a Mourinho

Gusta Mourinho de empapar a los jugadores su forma de entender el juego. Siempre apreció a los jugadores de colmillo.Torres ha entendido el mensaje

Foto: Fernando Torres aprieta al rival durante el encuentro ante el Tottenham (Efe).
Fernando Torres aprieta al rival durante el encuentro ante el Tottenham (Efe).

Gusta José Mourinho de empapar hasta la médula a sus jugadores en su forma de entender el juego. Siempre gusta de jugadores de colmillo. Esa es la esencia de su juego, entendido desde un prisma casi visceral, necesitado de gran intensidad para aprovechar cualquier duda del rival. No es extraño que algunos de sus jugadores predilectos a lo largo de su carrera tuvieran un gran voltaje a lo largo de los noventa minutos. Así sucedió en el Inter, con Eto’o y Pandev, consumados arietes, plegados a las necesidades del grupo como gregarios. También ocurrió en sus tres temporadas en el Madrid, donde Khedira o Di María, contenían esa agresividad tan necesaria para llevar a cabo su plan. En su regreso a Chelsea, el técnico se encontró una plantilla con gran talento pero algo tibia a la hora de morder.

En ese proceso de reconversión anda el técnico portugués, que exige una mayor agresividad a sus jugadores. Así ha sucedido con Mata, aún sin entrar de lleno en el once inicial, entrando y saliendo del equipo mientras juega un poco al despiste el técnico portugués acerca de su opinión sobre el fino futbolista asturiano. Su gran partido ante el Tottenham le ha valido para ser titular ante el Steaua en la próxima jornada de Liga de Campeones. Otro de los que van entendiendo el libreto del portugués es Fernando Torres. Su gran partido ante el Tottenham, pese a la expulsión tras un duelo personal durante todo el partido con el defensa Vertonghen , le valieron los elogios de su entrenador. “Éste es el Torres que quiero ver toda la temporada", sentenciaba Mourinho tras el empate ante su vecino londinense.

A su zancada poderosa, voraz como es el madrileño con espacios, unió este sábado una intensidad defensiva menos habitual en el ‘9’ blue. Corrió a cada balón como exige su técnico. Con Eto’o como agitador del ex de Liverpool, muy del gusto del técnico, Torres bregó como otros arietes en la trayectoria de Mourinho, caso del propio Eto’o o Higuaín, más del gusto del portugués que Benzema por su espíritu de sacrificio. Aún sin el brillo de antes de la lesión de 2010, comenzó con puntería este curso con su gol ante el Bayern en la Supercopa de Europa. Comenzaba de esta manera como había terminado la temporada pasada, con aquel gol inicial en la final de la Europa League ante el Benfica, muy del estilo de su trayectoria profesional. Carrera al espacio, zancada potente, finta al portero y gol. Señales que muestran que el jugador que deslumbrara en 2008 en la Eurocopa sigue latente.

El estilo de Mourinho, engarza bien con las características del punta, más proclive al vértigo que a la elaboración. Entiende el técnico portugués que, para activar de nuevo al español, este precisa de una mayor intensidad de partido. Su buen rendimiento en Copa ante el Swindon, junto a la gran actuación ante el Tottenham, evidencia la buena forma del delantero. Con mejor físico que Eto’o, que viene de su estío en Rusia, el internacional español aceptó el reto lanzado por su entrenador y ha subido los decibelios en su juego para adaptarse en este Chelsea de nuevo rostro. Con el Mundial de Brasil en el horizonte, Torres busca su recuperación definitiva en el que será, probablemente, su último mundial con España. 2018 lo alcanzaría con 34 años.

Gusta José Mourinho de empapar hasta la médula a sus jugadores en su forma de entender el juego. Siempre gusta de jugadores de colmillo. Esa es la esencia de su juego, entendido desde un prisma casi visceral, necesitado de gran intensidad para aprovechar cualquier duda del rival. No es extraño que algunos de sus jugadores predilectos a lo largo de su carrera tuvieran un gran voltaje a lo largo de los noventa minutos. Así sucedió en el Inter, con Eto’o y Pandev, consumados arietes, plegados a las necesidades del grupo como gregarios. También ocurrió en sus tres temporadas en el Madrid, donde Khedira o Di María, contenían esa agresividad tan necesaria para llevar a cabo su plan. En su regreso a Chelsea, el técnico se encontró una plantilla con gran talento pero algo tibia a la hora de morder.

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