Cristiano Ronaldo es en Portugal lo que le gustaría ser en el Real Madrid, el jefe supremo

Cristiano Ronaldo siempre consigue ser el protagonista. En el Real Madrid, en la selección portuguesa, en un partido benéfico. Y si no lo es, se cabrea. Da igual el escenario. Va con él. No puede evitarlo. En las victorias y en las derrotas. Su nombre había estado en el punto de mira de la prensa portuguesa desde el inicio del campeonato. Su arranque de campeonato, como el de su selección, había generado dudas. Las críticas se habían disparado en especial en su contra. Es lo que tiene ser un líder. En Portugal atacaron con dureza al madridista, en especial tras no saber digerir que la afición de Dinamarca le señalara gritando el nombre de Messi. CR7 reaccionó señalando al argentino y a su selección y su pobre rendimiento de la Copa América del pasado año.

Las críticas fueron feroces. Sin piedad. Ronaldo no ha hecho nada especialmente relevante con Portugal y muchos le estaban esperando pero con un jugador así, con ese potencial, las críticas pueden quedar caducas en el próximo partido. Dicho y hecho, la reacción del madridista sirvió para que su selección se metiera en cuartos, con dos goles y arrastrando a sus compañeros al triunfo y a la eliminación del actual subcampeón del mundo. El líder ejerció de tal y volteó la situación un partido después. La venganza no se había hecho esperar pero no se culminó hasta después del partido cuando los hombres de Paulo Bento decidieron dar la espalda a la prensa y ni pasaron por la zona mixta evitando, de esta manera, cualquier roce con los periodistas que día tras día siguen sus pasos en la presente Eurocopa.

Pepe, Veloso, Coentrao, Moutinho y el resto querían blindar a su jefe, al jugador que les maneja, al que tiene más peso dentro del grupo que el propio Paulo Bento. Es el capitán en el campo y fuera de él. Las dudas que genera entre la prensa y, en cierta manera, entre los aficionados no aparecen por ningún lado en el vestuario. Le respetan, le admiran y ahora mismo controla la selección al ciento por ciento. Jugadores que pusieron en duda su liderazgo en el pasado Mundial como Deco o Carvalho ya no están en la selección y tiene el campo abierto. Bento ha apostado por darle todo el poder y de momento tiene pinta de haber acertado. El equipo está con él y hasta le perdonan esos gestos que hace cuando no le pasan un balón. Es así y así le entienden.

En el Real Madrid quiere imponer ese modelo de gestión. Se siente cómodo siendo el líder pero la jefatura del vestuario blanco corresponde a Casillas y Sergio Ramos. Cuestión de galones y de antigüedad. Es más, durante la pasada temporada, el portugués se acercó bastante a los dos capitanes ganando peso dentro de la cúpula de mando de la nave blanca. A su manera también ejerce de jefe volcándose, por ejemplo, con los jóvenes que suben a entrenarse con el primer equipo, rompiendo con esa imagen de divo distante que en ocasiones ofrece. Les ayuda como hacen pocos veteranos dentro del vestuario blanco.