Busquets asume el papel de Puyol: será el encargado de hacer la porra entre los jugadores

La ausencia de Puyol se empieza a notar. Tras rechazar cortesmente la invitación que le cursaron, junto a David Villa, para estar en Polonia con el fin de fomentar el grupo, idea que no partió de los técnicos y que en el mundo del fútbol se considera como algo ridículo, la ausencia del capitán azulgrana ha llevado a las dudas sobre otra de las tradiciones de La Roja: la porra que siempre se hacía en los grandes eventos. Puyol era el encargado de hacerla y ha tenido que ser Busquets el que recoja el testigo del defensa. Hay porra entre los internacionales españoles.

Por la mañana, los jugadores de Del Bosque recibieron una charla por parte del excolegiado Collina. El italiano es uno de los encargados por parte de UEFA de lanzar mensajes a los jugadores respecto a lo que va a suceder en la Eurocopa que arranca hoy. Advertencia, en especial, sobre los agarrones en el área. Los árbitros tienen la orden de pitar penalti en cuanto vean un agarrón. No habrá misericordia, como tampoco la habrá con los piscinazos y otras faltas de deportividad. Las entradas por detrás irán acompañadas de tarjetas rojas.

Por la tarde, el técnico decidió encerrarse en medio del campo, es decir, algo imposible. Del Bosque buscó intimidad, trabajar en silencio, porque lo de puerta cerrada en medio de la nada es complicado y más cuando a la que se intenta evitar es a la prensa deportiva. No hay puerta cerrada. El seleccionador probó diferentes alternativas, pero no quiso desvelar la gran incógnita y que es saber si será Torres o será Negredo el delantero centro titular. Sigue la duda.

Tras el descoloque del primer día de trabajo en Gniewino, la tranquilidad parece que ha tomado el protagonismo que suele ser habitual en la selección española en los últimos años. El nuevo sistema de atención a los medios se ha perfeccionado. El buen trabajo de los empleados del departamento de comunicación ha conseguido calmar a jugadores y periodistas, en especial a los primeros, que mantuvieron una reunión a iniciativa de Víctor Valdés para poner orden a esa hora en la que pasan por la silla del entrevistado. A los periodistas es más complicado, porque la queja nos acompaña en todo momento, por desgracia. Nos quejamos aquí cuando podemos trabajar, algo que se niega en los clubes. Curioso. Eso sí, la pregunta es clara, ¿para qué tocar algo que funcionaba?