Bárbara quiere ser la nueva primera dama del Milan de 'papá Berlusconi'

Una mujer puede ‘derribar’ al todopoderoso Silvio Berlusconi. Puede ser la primera que lo consiga en la vida del ‘Il Cavalieri’. Y todo a cuenta del pésimo inicio de temporada del Milan. La hija del dueñono aguanta ver a su equipo en tan lamentable situación y ha lanzado un torpedo contra Adriano Galliani, el vicepresidente ejecutivo de la sociedad. Bárbara Berlusconi ha negado que haya pedido a su padre la cabeza del dirigente, pero sí ha trascendido que le ha hecho ver la necesidad de cambiar de manera radical la filosofía de trabajo del club.

El Milan es una parte fundamental en la vida de Silvio Berlusconi. Pero el equipo lleva más de dos años en caída libre. Ya no manda en el Calcio y mucho menos en Europa, donde ha perdido todo protagonismo. Toca visita al Camp Nou, pero el Milan ya no hace tanto ruido como antes. No se le teme como antaño. Es un partido más para el Barcelona. Barbara, tras la derrota del pasado fin de semana en San Siro ante la Fiorentina, ha salido a escena para convencer a su padre de que se impone un golpe de timón inmediato.

Nos encontramos ante una de las mujeres que más mando ha tenido en la vida de Silvio Berlusconi. Tal vez la que más. Todo un logro si se empiezan a enumerar los diferentes capítulos de la vida personal del político italiano. Bárbara nunca ha sido una más en su vida. Siempre fue especial, diferente. El ‘ojito derecho’. Transmitió a su hija la pasión por el fútbol y desde abril de 2011, tras un año de prácticas en diferentes departamentos, forma parte de la junta directiva del club milanista. Una vez diagnosticados los males del club, ha decidido que es momento de adquirir una mayor relevancia en la toma de decisiones.

Cuando el padre la colocó en el órgano directivo del Milan, las malas lenguas apuntaron a que lo hizo para controlar a Galliani. El veterano directivo, la cabeza visible del club durante años, siempre manejó los hilos a su antojo, sobre todo en materia deportiva. La política de altas y bajas estaba controlada por él, pero poco a poco Bárbara ha ido entrando en ese terreno. No como experta del fútbol, pero sí para que las cuentas cuadraran todos los ejercicios. Ha tratado de imponer una política empresarial radical, con el fin de que las finanzas de su padre no se vieran afectadas en exceso. Por ahí ha chocado con Galliani. Ahora falta por saber si este golpe encima de la mesa dado por su hija tiene consecuencias inmediatas.

Prueba de que tienemuy clara la hoja de rutason las declaraciones que realizó tras cerrarse el fichaje del díscolo Balotelli. Bárbara afirmó que “en el último año nuestro club se ha reorganizado en cuanto a costes e inversiones. Hemos tenido que hacer sacrificios, pero había queracionalizar este aspecto. Y no sólo hablo de los salarios de los jugadores, también a la hora de potenciar nuestra marca en el mercado”. Es un mensaje muy concluyentey Bárbara tiene claro que esel camino para que el Milanfuncione como debe.

La crisis del equipo rojinegro ha provocado que Bárbara dé un paso adelante y esté presionando a su padre para que el Milan sufra una profunda restructuración a todos los niveles. La ejecutiva considera que en los últimos años el club ha invertido de manera poco adecuada a la hora de reforzar la plantilla. Además, piensa que se impone un nuevo modelo en el que el marketing es fundamental para que el Milan vuelva a lucir como marca global en todo el mundo. Según apuntan diferentes medios italianos, reclutar a viejas glorias milanistas, casos de Paolo Maldini o Demetrio Albertini, es uno de los objetivos de Bárbara.

Otro aspecto que tiene muy en cuenta la hija de Silvio es la edad de los jugadores. Durante los últimos años las plantillas han estado cargadas de futbolistas con más de 30 años y es algo con lo que no comulga Bárbara. Su idea es rejuvenecer el equipo todos los años, apostando por contrataciones de promesas emergentes y no por futbolistas que inician la cuesta abajo de sus carreras. Ella ha dejado claro que no quiere cortar cabezas, empezando por la del actualentrenador del Milan, sino provocar un cambio de rumbo en la historia del club.

La vida de Bárbara está salpicada de numerosos capítulos cercanos al escándalo. El apellido colocó un permanente foco sobre su vida privada, y ella dio motivos de sobra para que no se apagara. Su juventud fue prácticamente seguida a diario por los medios de comunicación, que encontraron en ella un filón para vender. Sus numerosas escapadas y alguna que otra noche loca la convirtieron en ‘estrella’ mediática. Silvio Berlusconi tuvo que pagar más de una vez para que algunas fotografías o vídeos no vieran la luz.

Un buen día asentó la cabeza con un empresario. Inició una larga duración con Giorgio Valaguzza, con el que tuvo dos hijos antes de divorciarse. Durante unos años estuvo alejada de las portadas de revistas y habituales programas que buscan cualquier detalle de la vida privada del personaje en cuestión. Hasta que se enamoró de Pato, el delantero brasileño del Milan que regresó hace meses a su país. Una relación que dio mucho juego en Italia y Brasil a los medios de comunicación. Durante un tiempo, Bárbara, como directiva del Milán, fue la ‘jefa’ del futbolista, aunque ella siempre decía que “las castas y las clases no son parte de mi vida”.

Tan enamorada estaba de Pato, que se cargó una operación que le podía haber reportado al Milan 35 millones de euros. El club cerró con el París Saint Germain el traspaso. Todas las partes estaban de acuerdo y tan sólo quedaba la rúbrica de los contratos. Silvio Berlusconi montó en cólera cuando se enteró de que en el último momento Pato había dado marcha atrás... por amor.La pareja se rompió hace unos meses. El delantero regresó a Brasil y ella se quedó en Italia. Ahora que ya ha olvidado al que fue su gran amor, Bárbara centra todos sus esfuerzos en mantener en pie su relación con el Milan. Y para ello parece estar dispuesta a hacerse con todo el control.