Una España dividida en dos mesas y vertebrada por la sabiduría de Vicente del Bosque

"Llegó un momento en que el míster nos dijo que sí esto seguía así empezaría a prescindir de algunos de nosotros. La situación parecía no tener solución hasta que nosotros dimos el paso" así resume uno de los pesos pesados del vestuario la situación que vivió la selección española un año después de la conquista del Mundial. Hoy, España inicia una nueva aventura, un nuevo reto, el que le falta, la Copa Confederaciones, con un grupo unido por el objetivo y en el que las amistades quedan en un segundo plano ante lo que les une, que no es otra cosa que la camiseta de la selección española.

Ese funcionamiento habla de un grupo dividido en dos, con un eje que vertebra todos los movimientos y que no es otro que Vicente del Bosque. El técnico ha dado libertad a sus jugadores en todos los movimientos, pero su silenciosa presencia sirve para frenar discusiones y situaciones que pueden llegar a comprometer la estabilidad del grupo, tal y como sucedió en el inicio de la concentración en Las Rozas. Un simple ' vale ya Sergio' del entrenador sirvió para terminar con una charla algo subida de tono entre Ramos y Arbeloa. Normalidad, una vez más.

El día a día primero en Estados Unidos y ahora en Brasil está presidido por la tranquilidad. Cada oveja con su pareja. Los jugadores se mueven con su círculo, tal y como atestiguan las dos mesas de jugadores que presiden el comedor. Por un lado Barcelona y por otro Real Madrid. Ley de vida y de las muchas horas que pasan juntos a lo largo del año. 

La mesa azulgrana tiene el añadido de los tres jugadores navarros, es decir, Javi Martínez, Azpilikueta y Monreal, mientras que por la madridista aparecen junto a Cazorla, Reina, Soldado (fiel compañero de Arbeloa), Navas (inseparable de Ramos), Silva, Mata y Fernando Torres. Dos bloques, dos mesas.

El reparto del comedor es significativo. Mucho de lo que sucede en esta selección queda representado en los dos bloques que hay dentro de un grupo que es capaz de dejar atrás diferencias y problemas porque quieren seguir ganando, haciendo historia.

Ahora llega el estreno en otra gran cita, el momento de evaluar a la España campeona del mundo y unos y otros olvidan todo, incluso las diferencias que algunos del mismo equipo mantienen (Arbeloa y Casillas tal cual ha reconocido el propio lateral está misma semana en la Ser), para colocarse la Roja y mirar hacia adelante con el mismo objetivo: ganar. Lo hacen por ellos, porque se sienten españoles y, especialmente, por un técnico al que respetan y admiran. Así es la mejor España de la historia, la que admira todo el mundo.