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La tragedia se instala y vuelve a teñir de luto el fútbol egipcio
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DOS MUERTOS EN LOS ENFRENTAMIENTOS ENTRE HINCHAS DEL AL AHLY Y LAS FUERZAS DE SEGURIDAD

La tragedia se instala y vuelve a teñir de luto el fútbol egipcio

Hace ya más de un año (1 de febrero de 2012) se producía la mayor tragedia del fútbol egipcio, cuando a la conclusión del partido entre

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La tragedia se instala y vuelve a teñir de luto el fútbol egipcio

Hace ya más de un año (1 de febrero de 2012) se producía la mayor tragedia del fútbol egipcio, cuando a la conclusión del partido entre los equipos Al Masri y Al Ahly 74 personas fallecían y otras 300 resultaban heridas en los enfrentamientos entre hinchas de ambos equipos en el estadio de Port Said. Pues bien, este pasado fin de semana la violencia se recrudecía y volvían a vivirse episodios de auténtico terror, hasta el punto de que dos personas perdían la vida en altercados entre los ‘Diablos Rojos’ del Al Ahly y las fuerzas de seguridad de El Cairo.

¿Y por qué resurgen los incidentes ahora? El origen ha tenido lugar en la sentencia de un tribunal penal egipcio que condenaba este sábado a cadena perpetua a cinco acusados por la masacre de Port Said y confirmaba las penas de muerte emitidas en enero contra otros 21 inculpados. La corte, presidida por el juez Sobhi Abdelmeguid, ordenó que los condenados sean ejecutados en la horca por delitos de "asesinato e intento de asesinato". Ante esta resolución, los hinchas más radicales del Al Ahly (uno de los clubes referencia de este país) se lanzaban a la calle para protestar por una decisión que consideran injusta, fundamentalmente por la absolución dictada para siete oficiales de policía. Y es que hay quienes opinan que detrás del desagradable capítulo de Port Said estuvo la policía, brazo armado del exdictador Mubarak.

Los episodios vividos en las calles de El Cairo fueron de auténtico pavor. Los ultras incendiaron el Club de Oficiales de la Policía y la sede de la Federación Egipcia de Fútbol. A partir de aquí, se desataron las hostilidades y se produjo una batalla campal con el peor de los desenlaces y esas dos personas fallecidas, al margen de un centenar de heridos y detenidos. Los acontecimientos han tomado un cariz extraordinario y las propias autoridades nacionales han tomado cartas en el asunto. Así, el Ministerio del Interior denunció en un comunicado los actos de violencia y los incendios producidos por los manifestantes y advirtió que adoptará medidas firmes para restablecer la tranquilidad.

La tensión e inestabilidad política que vive el país en los últimos tiempos se ha trasladado desgraciadamente al fútbol y a todo aquello que le rodea. Si a eso unimos la tensa relación entre El Cairo y Port Said (se remonta a mediados del siglo XX), nos encontramos el caldo de cultivo perfecto para estos lamentables incidentes. Una vez más, la mezcla entre política y deporte vuelve a ser un cóctel explosivo que en esta ocasión ha terminado de la peor forma posible.

La preocupación entre las autoridades egipcias es que el partido entre Al Masri y Al Ahly y sus terribles consecuencias, que aún a día de hoy se padecen, no supongan un brote imparable de violencia en el fútbol de este país. Tras lo acontecido este fin de semana, queda claro que hay mucho trabajo por delante para restablecer la calma.

Hace ya más de un año (1 de febrero de 2012) se producía la mayor tragedia del fútbol egipcio, cuando a la conclusión del partido entre los equipos Al Masri y Al Ahly 74 personas fallecían y otras 300 resultaban heridas en los enfrentamientos entre hinchas de ambos equipos en el estadio de Port Said. Pues bien, este pasado fin de semana la violencia se recrudecía y volvían a vivirse episodios de auténtico terror, hasta el punto de que dos personas perdían la vida en altercados entre los ‘Diablos Rojos’ del Al Ahly y las fuerzas de seguridad de El Cairo.