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Berlusconi, dueño, presidente y 'entrenador' del Milan, vuelve a usar el fútbol en política
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ANUNCIA MARCAJE AL HOMBRE CON MESSI Y DOS PUNTAS EN EL ONCE TITULAR

Berlusconi, dueño, presidente y 'entrenador' del Milan, vuelve a usar el fútbol en política

Silvio Berlusconi estará hoy en el palco de San Siro pero su sueño pasa por sentarse en el banquillo y dirigir a su equipo. Visto los

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Berlusconi, dueño, presidente y 'entrenador' del Milan, vuelve a usar el fútbol en política

Silvio Berlusconi estará hoy en el palco de San Siro pero su sueño pasa por sentarse en el banquillo y dirigir a su equipo. Visto los antecedentes no sería extraño ver algún día al que fuera primer ministro italiano (y que aspira volver a serlo) emulando a Piterman y sentándose al lado de los suplentes o colocándose un peto como un fotógrafo con tal de poder dar órdenes desde la banda. Es su ambición.

Hace años, en 2004, sugirió a Carlos Ancelotti colocar dos delanteros en el once, lo que provocó que la asociación italiana de entrenadores pusiera el grito en el cielo. Poco le importó al político, empresario y técnico frustrado. La escena la repitió exigiendo que Ronaldinho jugará en punta cuando el técnico veía que el brasileño no tenía ya el suficiente recorrido para hacerlo. Ahora, y con el Barcelona como rival, se atreve a aventurar lo que Allegri tiene que hacer para parar a Messi. "Hay que marcarle al hombre. Jugarán Muntari y Flamini para estar pendiente del argentino y con dos puntas arriba como El Shaarawy y Pazzini. Uno estará pendiente de Messi en todo momento", vamos que solo le ha faltado el chándal y las botas para convertirse en entrenador.

Lo más curioso de todo es que Berlusconi presume de respetar la labor del técnico. "Sé cual es su misión pero si sus decisiones no gustan al presidente, lo echo y ya está. Allegri tiene un año más y no hay problema con él", afirma un presidente del Milan que ha visto como en los dos últimos años la familia le ha apretado al límite. El líder de Forza Italia estaba acostumbrado a cerrar los balances económicos de su equipo con 40 o 50 millones de euros de pérdida. 

Sus hijos creyeron que ya era el momento de frenar la sangría, de parar de malgastar el dinero, tanto que obligaron al presidente a variar la fórmula, a decir adiós a jugadores con fichas altas, prescindiendo de la vieja guardia como Seedorf, Gattuso, Inzaghi, Pato, Ibrahimovic, Ronaldinho, Thiago Silva... "El fútbol no nos puede costar un euro más", afirmaron varios de sus hijos, cansados del gasto sin fin que la familia tenía que soportar año tras año. Tanto que en los últimos meses se habló de una posible venta del club, operación abortada con su último y desesperado intento de regresar al gobierno.

El fútbol como medio para conseguir más votos

El Milan es su equipo, de su propiedad, y lo demuestra en cuanto puede. Al equipo lo ha utilizado política y empresarialmente cuando lo ha creído conveniente. Hace y deshace como le viene en gana, algo que quiso repetir como presidente del Ejecutivo. Berlusconi utilizó el fútbol para llegar a la política y ahora ha vuelto a recurrir al deporte y a su Milan para ganar popularidad cara a las elecciones del próximo domingo. 

En Italia se asegura que el fichaje de Balotelli, "el negrito de la familia" como le definió uno de los hermanos del presidente y que hoy no podrá jugar, se llevó a cabo porque las encuestas señalaban que con su llegada 'Il Cavaliere' ganaba en popularidad, bien buscada estos días por aquello de las elecciones. En esta ocasión la familia aceptó gastarse 20 millones de euros por el internacional italiano. Todo sea por un puñado de votos. Y es que los malos resultados del Milan siempre le terminan pasando factura y con el fichaje de 'Supermario' ha intentado frenar esa caída.

Lo curioso es que de mover pieza en los días previos a unas elecciones no es nuevo. En 2002 fichó a Nesta y Rivaldo o cuando en 2009 retrasó el anuncio del adiós de Kaká hasta que pasaran una elecciones administrativas. Ahora vuelve a necesitar del fútbol para volver a encontrar un cada día más cuestionado apoyo electoral. 

Silvio Berlusconi estará hoy en el palco de San Siro pero su sueño pasa por sentarse en el banquillo y dirigir a su equipo. Visto los antecedentes no sería extraño ver algún día al que fuera primer ministro italiano (y que aspira volver a serlo) emulando a Piterman y sentándose al lado de los suplentes o colocándose un peto como un fotógrafo con tal de poder dar órdenes desde la banda. Es su ambición.

Silvio Berlusconi