Ni los resultados se alían con Benítez para cambiarle la cara a un triste Chelsea

No hay duda que Rafa Benítez no ha podido comenzar de peor manera su andadura en el Chelsea. A la hostilidad de la grada por sus pasados enfrentamientos con Mourinho, en su época del Liverpool, y las famosas declaraciones en las que afirmaba “yo nunca entrenaré al Chelsea”, se ha unido ahora una serie de malos resultados (dos empates y una derrota en sus tres primeros encuentros) que no ayudan en absoluto a transformar el sentir general de la hinchada ‘blue’. Ayer, la segunda parte en Upton Park resultó una bofetada en todo el mentón del técnico español, y eso que un compatriota suyo, Juan Mata, había encarrilado el partido en la primera mitad con un gol ‘made in Spain’ a pase del cada vez más discutido Fernando Torres.

Aunque parezca mentira y demasiado prematuro, la derrota ante el West Ham (3-1) y el último partido de la primera fase de la Liga de Campeones de este próximo miércoles, donde el equipo de Stamford Bridge necesita de una carambola para estar en las eliminatorias de octavos del próximo mes de febrero, pueden marcar gran parte del devenir del madrileño en la entidad presidida por Roman Abramovich. Hasta tal punto es consciente de esta circunstancia el entrenador español que, preguntado ayer en rueda de prensa tras el derbi londinense por su continuidad hasta final de temporada, contestó con esta claridad: “no estoy seguro al 100%”.

No es menos cierto que Benítez tan sólo lleva diez días al frente del actual campeón de Europa, tiempo absolutamente inncesario como para imponer una idea de juego o que se puedan ver demasiados matices de lo que el español quiere de este Chelsea. Pero el entorno está matando deportivamente al técnico. La grada no le quiere, la prensa le atiza sin piedad y, para colmo, los resultados no le echan un cable. Si a eso añadimos que su gran estrella en el Liverpool, Fernando Torres, no ve puerta, la tarea se antoja de una dificultad extraordinaria.

El equipo comete errores impropios de un ganador de la Champions, y si no, vean la jugada del tercer gol e intenten explicarse qué es lo que quiere hacer Ashley Cole en la salida de balón. El Chelsea es en estos momentos un equipo hundido, sin confianza y parece que Benítez tendrá que ejercer más de psicólogo que de entrenador. Y debe darse prisa, porque el miércoles tiene la primera final. Visita Stamford Bridge el Nordsjaelland, aunque realmente el Chelsea  disputará dos partidos, éste y el que enfrenta a Shaktar y Juventus en el Donbass Arena de Donetsk. Un empate entre ucranianos e italianos deja fuera de la competición al actual campeón y terminaría por rematar dos semanas infernales para Rafa Benítez.