Berlusconi no quiere seguir perdiendo dinero y saca al mercado a todos los jugadores del Milan

Adriano Galliani estuvo ayer en Barcelona, dicen que negociando la posible venta de Thiago Silva al equipo azulgrana, jugador que es pretendido por media Europa, incluido el equipo presidido por Sandro Rosell. El vicepresidente ejecutivo del club lombardo era el encargado de la toma de decisiones en los últimos años. La presencia de Silvio Berlusconi al frente del gobierno italiano le permitieron marcar el rumbo del Milan, dando a la entidad una gestión al menos cuestionable, tal y como refleja el balance económico. Ahora el panorama es otro. La vuelta de Berlusconi ha propiciado la aparición en el consejo de administración de dos de sus hijos, Bárbara y Paolo, este último como vicepresidente. Han llegado con la única idea y objetivo de reducir las pérdidas que año tras año genera el equipo italiano y que se cifran en torno a los 40 millones de euros. 

El punto de partida es el de liberar al equipo de sueldos tan altos como los que tiene en la actualidad. La salida de jugadores símbolo del equipo como Seedorf, Nesta, Inzaghi y Gattuso, todos ellos con 5 millones de euros por temporada, fue el primer aviso de que la situación estaba cambiando, que ya no se iba a regalar el dinero tal y como se ha venido haciendo en los últimos años. Ahora, el repaso toca a los jugadores que siguen poblando el vestuario que dirige Allegri. Y en este caso al frente está Zlatan Ibrahimovic, jugador por el que preguntó Mourinho y por el que el Manchester City está muy interesado. El sueco cobra diez millones de euros por campaña. No es el único, ya que la idea de los hijos de Berlusconi es reducir el coste de la plantilla de los 225 millones de euros en sueldos de la temporada anterior, a 150 millones como mucho. 

Robinho, Pato, Ambrosini y el citado Thiago Silva. Todos ellos están en venta. La obsesión por equilibrar el presupuesto es tal, que el Milan está dispuesto a escuchar ofertas por cualquiera de estos jugadores. La familia Berlusconi quiere que el nuevo equipo lombardo cambie de los pies a la cabeza, con jugadores jóvenes y con un salario que nada tenga que ver con el de los dinosaurios que han vestido la camiseta de los 'rossoneri' en los últimos años. 

Thiago Silva renovó con el Milan hace poco más de un año. El interés de equipos como Real Madrid y Barcelona llevaron a Galliani a firmar un nuevo contrato con el central brasileño, colocándolo en el umbral de los mejor pagados de la plantilla con 4 millones de euros, dinero que empieza a resultar incómodo. El ex del Fluminense llegó a Italia en 2008, pero tardó un año en poder jugar con su nuevo equipo. Ahora su contrato no termina hasta el 30 de junio de 2016, de ahí que si al final es traspasado, el Milan podría ahorrarse 32 millones de euros en concepto de sueldo del jugador (impuestos incluidos), más lo que reciba por el traspaso. No es el único, ya que el Milan, como hacen otros equipos transalpinos, saben que la amenaza de Platini del Fair Play financiero es cierta. Tienen que equilibrar balances y les sobran sueldos de jugadores, de ahí que todos estén en venta.