Quique ha roto todos los pactos y códigos de un vestuario de un equipo de fútbol

Quique Sánchez Flores, de igual manera que llevó al Atlético a conquistar la Europa League y la Supercopa, ha roto todos los pactos escritos y hablados de cualquier vestuario de un equipo de fútbol en su ataque a Forlán a través de la prensa. El último entrenador en hacer algo parecido fue Toshack y cinco días después fue cesado como técnico del Real Madrid tras negarse a rectificar las acusaciones vertidas sobre Albano Bizzarri. 

El todavía empelado atlético ha conseguido poner a todo el mundo de acuerdo. Los jugadores del Atlético se sienten traicionados y así se lo hicieron ver minutos antes del entrenamiento de este martes. Antes fue el propio uruguayo el que le dijo las cosas a la cara. La escena sucedió en el mismo autobús del equipo de regreso al aeropuerto de Santander. El ataque a Forlán en la rueda de prensa posterior al partido del Racing ha sido el detonante y ha conseguido poner a jugadores y dirigentes de acuerdo. 

Amigos o no del delantero, la plantilla no aguanta más a Quique y salvo tres jugadores (De Gea, Reyes y Perea), el resto vería con buenos ojos que el técnico no se sentara en el banquillo en los dos partidos que restan para el término de la temporada. Miguel Ángel Gil y Enrique Cerezo creen que Quique está actuando en contra de los intereses de la entidad, devaluando a uno de sus principales activos, que no es otro que Forlán, jugador que ha logrado lo que otros muchos que han vestido esa camiseta no han hecho: conquistar en dos ocasiones la Bota de Oro y ser elegido el mejor jugador de un Mundial.

Diferencias irreconciliables entre Forlán y Quique

 

Muchos de los movimientos de Quique en las últimas semanas han sido tomados tanto por el club como por el vestuario como provocaciones hacia el uruguayo. Frases como: "Solo Forlán sabe cuánto le duele" en referencia a unas molestias que sufría el uruguayo, o el "todos habéis visto a Forlán", o anunciar a los cuatro vientos la suplencia del delantero, o la sustitución ante el Athletic en el Calderón con el marcador en contra, no han hecho si no dilapidar una relación que se vició en los primeros compases de la presente temporada. La ausencia del once inicial ante el Racing llegó al fondo de la tesorería rojiblanca. "Un millón menos", pensaron los que mandan. Real como la vida misma.

 

Las diferencias entre Quique y Forlán arrancan con el inicio de la presente temporada. El técnico pide al jugador que llegue a tope para la conquista de la Supercopa y si es preciso que sacrifique sus vacaciones. Hecho. La respuesta del entrenador fue sustituir al uruguayo ante el Inter cuando se hablaba que el partido de Mónaco podía significar un paso para la conquista del Balón de Oro. Mala acción. El pacto hablaba de bajar el pistón y tras el descanso liguero propiciado por el parón de las selecciones, realizar un plan físico en secreto de readaptación. Quique lo hace público y el foco se coloca en el uruguayo.

 

El delantero decide hablar con Quique en la víspera de partido ante el Sevilla de la primera vuelta. Aclaran posiciones. Amistad ninguna, profesionalidad total. Ese es el resumen, al menos el que ha aplicado Forlán algo que no parece haber pasado en la otra parte, tal y como ayer dejó claro el capitán rojiblanco Antonio López. En dos semanas, Quique emprenderá un nuevo camino profesional y lo hará sin Fran Escribá tal y como adelantó El Confidencial, su pareja desde que se inició en esto de los banquillos profesionales. Algo pasa ahí.