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El Lotus 88 y la mayor 'guerra sucia' de la historia de la F1: ¿volverá a pasar ahora?
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MIEDO ANTE LAS NUEVAS REGLAS

El Lotus 88 y la mayor 'guerra sucia' de la historia de la F1: ¿volverá a pasar ahora?

En 1981, la Fórmula 1 se enfrentaba a un cambio de reglamentación de mucho calado al igual que sucede esta temporada. Los equipos boicotearon al unísono la ventaja de Lotus

Foto: El Lotus 88 cuando se presentó a comienzos de 1981 con Elio de Angelis FOTO: Classic Team Lotus/Bernard Asset
El Lotus 88 cuando se presentó a comienzos de 1981 con Elio de Angelis FOTO: Classic Team Lotus/Bernard Asset

En 1980, apenas cuatro años después de que se introdujera el concepto del ‘efecto suelo’ en el Lotus modelo 78, la velocidad de paso por curva de los coches de Fórmula 1 había aumentado de tal forma que la FIA (Federación Internacional de Automovilismo), se vio obligada a intervenir para para acotar a una tecnología que se había vuelto demasiado peligrosa.

Baste decir que en apenas dos años en el Jarama se bajaron los tiempos por vuelta tanto como en los anteriores diez. El efecto suelo había dado una segunda juventud al ya desfasado motor Ford Cosworth, que era el que equipaban la mayoría de equipos ingleses. Este propulsor se había quedado corto de potencia frente a la nueva generación turbo que en ese momento llegaba a la Fórmula 1, pero gracias a su arquitectura era el ideal para colocar los túneles de ala invertida que generaban el efecto suelo.

Para buscar una solución que contentara más o menos a todas las partes el efecto suelo no se prohibió se le suprimió uno de sus elementos claves, las faldillas laterales, que canalizaban el aire para pegar el coche como una lapa al asfalto. En previsión de las argucias de los equipos para sortear la norma se obligaba a que el coche mantuviera 6 céntimetros de altura libre respecto al suelo. Cada vez que los monoplazas entraran o salieran de boxes tendrían que superar un listón para asegurarse que cumplían la norma.

Genialidad marca de la casa

Como era costumbre en aquella época, el equipo de técnicos de Lotus capitaneados por Colin Chapman encontraron una solución genial: crear dos chasis, uno con la aerodinámica y el otro el motor, caja de cambios y al piloto. El objetivo de esta ingeniosa solución era permitir que la carrocería (que tenía una forma completa de un ala invertida), mantendría siempre la altura idónea y no se vería afectada ni por los baches de la pista ni por las fuerzas laterales y direccionales en curvas y frenadas.

El monoplaza cumplia la literalidad del reglamento, pero no en al espíritu de eliminar los elementos móviles aerodinámicos y respetaran esos seis centímetros de altura. El truco consistía en que el chasis que portaba la aerodinámica se pegaba más al suelo según aumentaba la velocidad, hasta que en el momento de alcanzar la altura óptima los muelles se bloqueaban y la función aerodinámica se realizaba a la perfección.

Cuando apareció el coche a principio de temporada los equipos pusieron el grito en el cielo porque comprendieron que la solución de Lotus, dejaba de un plumazo a todos sus coches completamente desfasados.Para añadir sal a la herida, Lotus sorprendió al ser también el primer equipo en introducir un chasis de fibra de carbono, (no McLaren como erróneamente se cree). Para soportar las fuerzas aerodinámicas la rigidez del chasis era clave, y los materiales compuestos como el carbono, nomex y kevlar daban una rigidez torsional muy superior a la del aluminio, el material utilizado por el resto de la parrilla. El pánico a vivir un nuevo año en blanco viendo como Lotus arrasaba otra vez (como con el 79) fue demasiado para todos los equipos y en bloque exigieron a la FIA que prohibiera la genialidad de Colin Chapman.

Otro genio

En paralelo, otro ingeniero de leyenda como Gordon Murray encontró una ingeniosa (y barata) solución para sortear la limitación de seis centímetros de altura: dotar a los coches de la suspensión hidroneumática que popularizó Citroën en los coches de calle. ¿Se acuerdan del Citroen CX, que ‘levitaba’ una vez que se daba a la llave de contacto? Pues lo mismo que el Brabham, que levitaba al pasar el listos de los seis centímetros y en cuanto entraba en pista volvía a estar pegado al suelo.

La triquiñuela de Murray cumplía con la literalidad del reglamento, pero como Lotus, iba absolutamente en contra de su espíritu. Curiosamente, la virulencia de los equipos frente a la ‘trampa’ de Lotus fue muy distinta con la ‘trampa’ de Brabham, porque todos la aceptaron sin problemas. La razón era muy sencilla: Adaptar un sistema como el de Brabham sería cuestión de una o dos carrera y su coste no muy elevado, mientras que replicar el concepto de Lotus iba a costar un año.

placeholder A la izquierda se aprecia el coche pegado al suelo gracias a la suspensión hidroneumática y luego elevado para pasar el control de altura.
A la izquierda se aprecia el coche pegado al suelo gracias a la suspensión hidroneumática y luego elevado para pasar el control de altura.

Deshonra a cambio de paz

La FIA tenía ya bastantes problemas con el sindicato FOCA de los equipos ingleses capitaneados por Bernie Ecclestone como para tener otro frente abierto. Su presidente, Jean Marie Balestre, en plan dictador, prohibió a Lotus participar con su coche a pesar de que los comisarios de Long Beach (EE.UU) y los de Silverstone (Reino Unido) lo dieron como conforme al reglamento. Chapman nunca fue ya el mismo y falleció apenas un año después de aquel triste ‘affaire’.

Siempre se dijo que su ataque al corazón tuvo que ver con los problemas judiciales del caso De Lorean, (en el que Lotus estaba inmerso). Pero sus colaboradores más directos siempre reconocieron que Chapman perdió interés en la Fórmula 1 tras aquel bochornoso episodio. Si fue duro aceptar la arbitrariedad que tiraba por la alcantarilla los ingentes esfuerzos humanos y recursos económicos empleados en desarrollar el concepto, más duro aún comprobar cómo todos los jefes de equipo, incluidos los que se decían sus amigos, se unieron para boicotearle.

Para la FIA, fue un episodio de los mas sombríos de su historia. Para conseguir la paz entre los equipos se permitió una burda circunvalación al reglamento como era la suspensión hidroneumática del Brabham., mientras que prohibía una de los mejores ejemplos de ingenio tecnológico de la historia del automovilismo. La famosa frase de definir al paddock de Fórmula 1 como ‘el estanque de los tiburones’ viene de aquella época, y hace honor al comportamiento que tuvieron respecto a Chapman todos sus colegas.

Liberty ha prohibido la presencia de público y medios de comunicación en los test invernales que en breve tendrán lugar en Barcelona. Aparentemente, la razón es economica, permitir a Bahrein acapare todos los focos. Quizás la cercanía de Barcelona favorece la presencia de ‘luz y taquígrafos’, por lo que los rectores de la Fórmula 1 quizás prefieran que el primer encuentro sea a puerta cerrada. No vaya a ser que el nuevo reglamento reedite una ‘guerra sucia’ similar a la acontecida hace cuatro décadas con el caso ‘Lotus 88’.

En 1980, apenas cuatro años después de que se introdujera el concepto del ‘efecto suelo’ en el Lotus modelo 78, la velocidad de paso por curva de los coches de Fórmula 1 había aumentado de tal forma que la FIA (Federación Internacional de Automovilismo), se vio obligada a intervenir para para acotar a una tecnología que se había vuelto demasiado peligrosa.

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