El futuro de Jaime Alguersuari en la Fórmula 1 suena a cuento chino

Tiene 21 años y en Brasil va a cumplir su segunda temporada completa en Fórmula 1. En la clasificación es decimotercero y matemáticamente, aunque es difícil, aspira a quedar entre los diez mejores. Está por delante de su compañero y desde que se adaptó a los neumáticos, a partir de la sexta carrera, es el décimo piloto sumando sólo un punto menos que Adrian Sutil, quien conduce un bólido superior (los ocho primeros son Red Bull, McLaren, Ferrari y Mercedes). Junto a su colega de box ha situado a su escudería a un punto del séptimo lugar, lo que supondría mejorar los objetivos que su jefe marcó a principio de temporada y sabiendo que en la última carrera de 2010 eran cuartos por la cola. Después de estos datos a falta de una carrera para terminar el Mundial… ¿merece la renovación dicho piloto?

Objetivamente, los números indican que tanto él como su equipo han progresado esta temporada y también señalan que el protagonista ha sido superior a su compañero de equipo. Ahora bien, ¿cómo es posible que tal piloto sea uno de los más presionados desde su equipo y por la prensa?

Esta es la historia de Jaime Alguersuari. Quien lea el almanaque de las temporadas de Fórmula 1 de 2009, 2010 y 2011, en las que ha participado el español, una de las conclusiones que sacará es que Toro Rosso ha evolucionado. También pensará que el ambiente de la escudería en el GP de Brasil de 2011 debía ser bueno puesto que había sido su mejor temporada desde 2008. Nada más lejos de la realidad: la tensión que se ha creado parece tender al infinito porque la idea que Toro Rosso desprende es que nunca es suficiente.

Toro Rosso, la escudería con más estrés

Por un lado está el agobiante modo de trabajo de Red Bull y por otro cómo la prensa difunde los mensajes que salen del equipo austriaco (y la importancia o enfoque que les da). En la escudería de la bebida energética se debe manejar a la perfección el monoplaza y la presión. En Toro Rosso se trabaja con más estrés que en ningún otro equipo de la parrilla, más que Red Bull, donde en verano arrancaron cualquier indicio de inestabilidad después de renovar a Mark Webber, que ha sido muy inferior a Sebastian Vettel. El australiano trabaja con tranquilidad desde agosto mientras que en el equipo 'filial' no ha habido aún tiempo para la relajación.

En otras escuderías también hay incertidumbre porque no se sabe quiénes serán los pilotos de cara al año que viene. La diferencia es que los jefes no están 'mareando la perdiz' en la prensa cada semana e independientemente de sus resultados: si tienen dinero, tendrán un asiento.

Helmut Marko, asesor de Red Bull, ha sometido a una agitación continua a los pupilos de Toro Rosso durante la temporada con las 'amenazas' de Daniel Ricciardo, Jean-Eric Vergne o con la renovación de Webber (cortando la posibilidad de ascender). Sin embargo, la semana pasada parecía que la dinámica histérica iba a cambiar cuando alabó por primera vez tanto a Alguersuari como a Sebastian Buemi. Era la primera palmadita en la espalda. Pero la paz se volvería a romper este jueves cuando la revista inglesa Autosport publicó unas declaraciones del director técnico de Toro Rosso donde afirmaba que  sus pilotos "ya no tienen un gran margen de mejora". Además, la opinión del redactor que escribió la noticia era que Buemi tenía ventaja sobre Alguersuari para renovar. Vuelta a empezar.

La 'falsa' entrevista de Autosport

La escudería italiana ha rechazado esas declaraciones diciendo que Giorgio Ascanelli no las ha pronunciado. Entonces, ¿la prensa inglesa quiere desestabilizar a Alguersuari? ¿La prestigiosa publicación Autosport se ha inventado la entrevista? Por escribir teorías que no quede: quizás Red Bull trata a la prensa como a un títere y, esta vez, se han dado cuenta que se han pasado de la raya. A lo mejor, siguiendo con esta teoría, Alguersuari se ha cansado del tira y afloja y ha explotado diciendo que si Red Bull no le quiere, se "retira".

En España, al tratarse de un compatriota, la prensa trata de no confundir el 'corazón' con la 'razón' para juzgar a Jaime. Si la historia versara sobre un piloto chino, con el que no se ha tenido ningún tipo de contacto, tal vez en las redacciones españolas saltaría la duda de por qué se cuestiona desde los periódicos del país asiático a un deportista que ha hecho bien su trabajo y, sobre todo, por qué el joven de 21 años -con un futuro prometedor- amenaza con abandonar ahora. Nos sonaría a un cuento chino.