Revolución política en Ferrari

De ser cierta, la salida de Montezemolo de Maranello removería los cimientos de Ferrari y de la Fórmula 1. ¿Quién sería su sustituto en la Scuderia? El periodista Joe Saward señala a Lapo Elkann, el hermano del presidente de Fiat, quien contaría con el visto bueno de Sergio Marchionne, el director ejecutivo de la marca de automóviles y quien realmente maneja los hilos del fabricante italiano.

Lapo Elkann no sería el único en aterrizar en Ferrari. El cuestionado Stefano Domenicali podría perder el puesto de director deportivo a manos de Flavio Briatore, quien ya ha sonado en varias ocasiones como posible sustituto del jefe de la Scuderia, sobre todo a raíz del error de estrategia que costó el Mundial a Ferrari en 2010.

Todt, en el disparadero

¿Cómo vería la Fórmula 1 la vuelta a escena de Briatore? Su imagen quedó seriamente dañada por el amaño del Gran Premio de Singapur en 2008, pero el italiano siempre ha sido un acérrimo aliado de Bernie Ecclestone, y al patrón del Gran Circo no le vendría mal un viejo amigo con los contactos de Briatore en su guerra particular con el presidente de la FIA, Jean Todt. Porque aunque Ecclestone asegurara en Montmeló que mantiene una buena relación con Jean Todt, la gestión del presidente de la FIA del caso Bahréin y los motores turbo V6 han sacado a relucir ciertas rencillas entre ambos.

Desde que tomara el relevo de Max Mosley en 2009, Ecclestone no ha dejado de criticar las acciones del presidente de la FIA, a quien ha llegado a calificar como "un pobre hombre de Mosley". Y aunque Ecclestone y Mosley también tuvieron sus rifirrafes, cuando el británico era el presidente de la FIA el jefe de la Fórmula 1 tenía un aliado con quien podía trabajar codo con codo. Todt sin embargo ha demostrado ir por libre, y ya hay quien empieza a sospechar que Ecclestone aprovechará los últimos síntomas de debilidad del francés para intentar sacarle de la FIA. 

Menos probable es que, como señalan algunos, el sillón de Todt vuelva a ser ocupado por Mosley, muy discutido en la recta final de su mandato, y cuya cabeza pidieron diferentes federaciones del mundo del motor, así como conocidos personajes de la Fórmula 1, a raíz de la publicación de unas comprometidas fotos en las que aparecía en una orgía sadomasoquista de índole nazi con varias prostitutas.

Además, la convivencia pacífica entre Briatore y Mosley sería imposible. El italiano se la tiene jurada al ex presidente de la FIA, a quien responsabiliza de su expulsión de por vida de la Fórmula 1, sanción que después fue revocada por el Tribunal de Gran Instancia de París por considerarla irregular y por entender que en ella tuvo un papel preponderante el británico, enemigo de Briatore.