Menos españoles y más mayores para reconquistar la élite del ciclismo mundial

Con los rescoldos de la pasada temporada aún calientes, llega la hora de arranque del curso ciclista 2014. Un año más, Australia (el martes 21 con el Tour Down Under) y Argentina (el lunes 20 con el Tour de San Luis) dan el banderazo de salida a un calendario profesional cada vez más globalizado.

El Tour de Francia volverá a protagonizar el cenit de la temporada, sobre todo para el ciclismo español que busca este año reconquistar los Campos Elíseos en un desesperado intento de ahora o nunca. A nuestros aspirantes (Contador, Valverde y Joaquín Rodríguez) le siguen cayendo los años -como es lógico-. Puede que su mejor momento de forma haya pasado o esté a punto de pasar y para derrotar a Chris Froome y el todopoderoso Sky o al italiano Nibali y su no menos potente Astana -los grandes dominadores de las grandes vueltas- hay que luchar en plenitud de facultades y con el máximo de fuerzas posibles.

La ronda gala vuelve a apostar por un recorrido donde prima la montaña sobre la contrarreloj y eso, en teoría, beneficia los intereses de los españoles, que mal acostumbrados a clavar la rojigualda en lo más alto del podio de París, ya empiezan a echar en falta volver victoriosos de Francia.

No obstante, no lo tendrán fácil los nuestros en esta temporada que recién comienza. A la entidad de los rivales se suma que cada curso nuestros ciclistas son menos y más viejos. El ciclismo, un deporte que vive principalmente del patrocinio, no escapa a la crisis -de hecho, lleva años sin hacerlo- y el panorama del pelotón nacional para este 2014 es simplemente desolador, más aún tras la desaparición del Euskaltel -Movistar queda como único representante español en el World Tour-. El adiós de la escuadra vasca ha sido uno de los factores principales para que los representantes españoles en la máxima categoría del ciclismo pasen de 55 a 33. Es decir, de ser la segunda nación en representación a pasar a ocupar la quinta plaza en esa clasificación.

Además, la media de edad, 30’5 años, es la más alta de todos los países representados en el World Tour, lo que habla bien a las claras del futuro poco halagüeño que le espera a una disciplina que siempre ha colmado de éxitos al deporte nacional. Una realidad que contrasta con unos resultados como los cosechados en 2013, cuando Brian Cookson -el nuevo presidente de la UCI-, se desplazó a Madrid para entregar el premio al mejor corredor del año (Joaquín ‘Purito’ Rodríguez), el mejor equipo (Movistar) y a la mejor nación (España). Tan solo el desembarco del proyecto de Fernando Alonso en 2015 arroja un halo de esperanza a un pelotón herido.

Mucho más que el Tour

No obstante, por suerte, no sólo de la ‘Grande Bouclé’ vive el ciclismo. Hay muchas y muy buenas carreras a lo largo de casi doce meses de competición. El Giro de Italia y la Vuelta a España -las otras dos grandes vueltas por etapas, que también apuestan por dar más protagonismo a la montaña y a los finales explosivos-, las clásicas del pavé (donde se espera un duelo fraticida entre Sagan y Cancellara y donde esta vez ya no podremos disfrutar de Juan Antonio Flecha), el tríptico de las Ardenas con Amstel Gold Race, Flecha Valona y Lieja-Bastoña-Lieja (los españoles siempre se lucen en estos días) u otros monumentos como la Milán-San Remo y el Giro de Lombardía entre otras brindarán grandes momentos de épica y espectáculo.