Paul George y su obsesión por imitar a su ídolo Kobe Bryant

Son muy dados los americanos a eso de elevar a los altares a jóvenes talentos, fundamentalmente en lo que al mundo del deporte se refiere. Pero en esta ocasión la repercusión mediática que está alcanzando el alero (también juega de escolta) de los Indiana Pacers Paul George está más que justificada. Nacido hace 22 años en la localidad californiana de Palmdale, George va camino de convertirse en una de las grandes estrellas del celuloide NBA, si es que no lo es ya. Su temporada con los Pacers, a los que mantiene segundos de la Conferencia Este, tan sólo por detrás de los estratosféricos Miami Heat, y el papel de líder que está ejerciendo a pesar de su juventud le sitúan en estos momentos como uno de los potenciales referentes de la liga profesional americana.

Quizá algo desconocido para los neófitos en el tema, el jugador de los Pacers se encuentra ante el momento de su salto definitivo. Elegido este año para disputar el All Star de Houston, partido en el que anotó 17 puntos, su bagaje con la franquicia de Indianápolis está siendo absolutamente fantástico. Líderes indiscutibles de la División Central, a años luz de los míticos Bulls, se sitúan como uno de los tapados con vistas a los ‘play off’ por el título que comenzarán en poco menos de un mes. Sin hacer mucho ruido, George y los suyos son un equipo que precisamente no destaca por tener grandes estrellas rutilantes en sus filas, pero del que su técnico, Frank Vogel, ha sabido sacar el máximo rendimiento para convertirlo en un conjunto muy competitivo, otorgando al '24' ese rol de líder que venía pidiendo a gritos.

¿Cuál ha sido el secreto mejor guardado de Paul George en su meteórica ascensión? Él mismo lo ha confesado esta misma semana a Sports Radio. “Trato de imitar a mi ídolo Kobe Bryant. He cambiado mis hábitos y formas de entrenamiento, copiándole a él”. Y parece ser que le ha funcionado a las mil maravillas. Ésta es la tercera temporada de Paul George en la NBA, tras ser elegido en el puesto 10 en la ronda del Draft de 2010 por su actual equipo. Su primera campaña fue de lógica adaptación, promediando casi ocho puntos por partido y jugando 61 partidos (19 de ellos como titular). La lógica progresión nos situó en unos mejores números para la 2011-2012, con 12 puntos por partido y siendo titular en los 66 partidos que disputó. En ambas jugó ‘play-off’, cayendo eliminado en primera ronda ante Chicago y en semifinales de Conferencia ante Miami, respectivamente.

Un ‘ángel’ llamado Bryan

Pero ha llegado esta tercera campaña, la de su consagración. Empujado en parte por la baja de Danny Granger, Paul George ha asumido los galones, disputando hasta este momento 67 encuentros (todos ellos en el quinteto inicial), promediando 17,6 puntos por partido, 7,8 rebotes y 4 asistencias. ¿Y quién está detrás de esta aplastante mejoría? El entrenador asistente de los amarillos, Bryan Shaw. Sí, ése que fue base de Los Ángeles Lakers entre los años 1999 y 2003, casualmente compañero de Kobe Bryant en la consecución de los anillos de 2000, 2001, y 2002. Es precisamente Shaw quien ha ayudado a Paul George a intentar parecerse un poco más a su ídolo.

“Llego pronto a los partidos, hago varios ejercicios antes y lanzo entre 300 y 400 tiros a canasta antes de empezar a jugar. Es algo que viene de Kobe Bryant“, comentaba el alero de los Pacers en la entrevista concedida a la cadena de radio estadounidense. Ese cambio de hábitos al que hacía referencia el propio jugador también se ha trasladado a los entrenamientos. Shaw le ha ‘chivado’ la forma de trabajar de la gran estrella de los Lakers y George se ha puesto manos a la obra. “Cuando era un niño en Los Angeles idealizaba a Kobe y esto ha hecho que cambie toda mi forma de trabajar”, afirma el alero de los Indiana Pacers, "un auténtico obseso por mejorar y ser mejor cada día”, según su técnico asistente en Indianápolis.

¿Estamos ante el sustituto de Kobe Bryant? Es muy pronto para decirlo. Mucho camino tiene por delante el bueno de Paul George, pero lo que está claro es que, de momento, parece ir por la buena senda. En Estados Unidos ya han empezado a hablar de ello y se ha formado un importante revuelo mediático y social alrededor de su figura. Si es capaz de sobrellevar esto, nos encontramos ante un jugador que puede dejar huella en la mejor liga del mundo.