Pau Gasol sigue sin deshacer las cajas de la mudanza pese a ser feliz en Los Ángeles

Pau Gasol seguirá en la glamurosa ciudad de Los Ángeles al menos hasta el mes de junio. Las cajas de la mudanza, preparadas en su casa desde el pasado mes de octubre, seguirán estando presentes en una de las habitaciones. Y es que Pau sabe que su futuro volverá a ser incierto en el momento en el que termine la participación de los Lakers en el presente campeonato. Si lo dudan, miren su web y lo comprobarán. Hasta ese momento, el pivot se entregará en cuerpo y alma a su equipo, buscará un nuevo anillo y luchará por ello a tope.

Durante los próximos tres meses olvidará que su jefe le quiso poner de patitas en la calle en repetidas ocasiones en los últimas semanas y se dedicará a meter puntos, capturar rebotes y dar asistencias, lo que mejor sabe hacer. Asume que el pulso con Kobe no ha sido la mejor decisión de su vida, algo que contrasta con lo de jugar en los Lakers. "Soy feliz aquí en Los Ángeles", dijo con la continuidad en el bolsillo y en una gala benéfica de Unicef en la que no tuvo reparo alguno en subirse a un escenario y cantar 'How to save life' que sirve de banda sonora de la serie 'Anatomía de Grey'.

El mejor jugador de la historia del baloncesto español hasta que Marc o Ricky digan lo contrario, quería seguir en Los Ángeles. Se siente cómodo en la ciudad y es consciente de que su rol ha cambiado, que no será el mismo que en sus tres primeros años con Lakers. En ataque cumplirá en los pocos balones que caigan en su manos. Los sistemas ideados por Brown nada tienen que ver con el juego de un Pau cada vez más lejos de la pintura. Aportará puntos, pero sabe que ese papel está reservado para Kobe Bryant y su particular 'me las juego ya todas'. Sigue siendo un hombre de equipo y no va a cambiar en la vida. Primero el triunfo de la franquicia y después el suyo. Ese es su modo de vida y la verdad es que le ha ido bien.

El mejor ejemplo de ese Gasol compañero, aglutinador de equipo es lo que está haciendo con Bynum, al que ha cedido parte de su protagonismo de antaño, pero con el que no ha tenido inconveniente alguno de ejercer de padrino, poco menos que de tutor. Desde que está en manos del español, el cambio y la mejora del pivot ha sido espectacular, tanto que el futuro de los Lakers pasa por él y por Bryant, con Pau de tercer tenor.

Pasar de ser todo un All-Star por méritos propios, de firmar un contrato que le garantiza 57 millones de dólares en tres años, a sentirse desplazado por los que mandan no es algo fácil de entender, pero Pau ha sabido encontrar su sitio dentro del equipo. Tira menos y suma menos, pero se sigue sintiendo importante y capaz de volver a pelear por colocarse el tercer anillo. Por cierto, notará la baja de su amigo Walton, que fue el gran damnificado junto al capitán Fisher del cierre del mercado del pasado jueves.